domingo, 15 de enero de 2023

PROPIOS DE LA MISA DEL II DOMINGO DESPUÉS DE EPIFANÍA

 



II DOMINGO DESPUÉS DE EPIFANÍA
II clase, verde
Gloria y Credo. Prefacio de la Trinidad

EXPLICACIÓN DE LA LITURGIA DEL DÍA
Hoy se honra la tercera de las tres manifestaciones de la fiesta de Epifanía, o sea: el primer milagro de Jesús, convirtiendo el agua en vino en las bodas de Caná. Así inaugura el Señor su vida pública, y así también comienza María su oficio de Mediadora de todas las gracias. Esta primer milagro, señala, además, la institución del Sacramento del Matrimonio. Queriendo Jesús fundar su Iglesia, empieza por formar sobre bases santas y sólidas la familia, primera y necesaria célula de la sociedad. He aquí las cosas grandes que recuerda este domingo memorable. Debería ser este el domingo de los matrimonios cristianos. Debería él recordar a los esposos el día de sus bodas, y hacerles pensar en sus deberes y en su alta dignidad. Roguemos todos hoy por la rehabilitación del Matrimonio y por la restauración cristiana de los hogares.

Por su evangelio de las bodas de Caná y dos cánticos tomados de él, se relaciona esta liturgia del domingo con la del Tiempo de Navidad y de Epifanía; lo demás se aproxima a los domingos siguientes.

El evangelio domina por su simbolismo, que es doble. Las bodas  figuran la alianza: el agua cambiada en vino, la superioridad de la alianza nueva sobre la antigua con el anuncio de la Eucaristía. “¿Por qué ha de extrañar que asista el Señor a unas bodas si ha venido a este mundo para desposarse?” Esto dice san Agustín en maitines y comenta, uno tras de otro, ambos simbolismos.

Todos los Padres han visto en el milagro de Caná un anuncio también de la Eucaristía, como también de la transformación de nuestras almas bajo la acción de Cristo. «Aqua eramus, vinimus nos fecit.  Éramos agua y nos ha convertido en vino.»

Este cambio profundo de nuestro ser, nos une con Cristo desde aquí abajo, nos prepara para el banquete de las bodas eternas, al que estamos todos invitados con toda la Iglesia.

A continuación os ofrecemos los propios de la Santa Misa




INTROITO Salmo 65, 4.1-2

Omnis terra adóret te, Deus, et psallat tibi: psalmum dicat nómini tuo, Altíssime. V/.  Jubiláte Deo, omnis terra, psalmum dícite nómini ejus: date glóriam laude ejus. V/. Glória Patri et Filio et Spiritui Sancto. Sicut erat in principio et nunc et semper, et in saecula saeculorum. Amén



COLECTA

Omnípotens sempitérne Deus, qui cæléstia simul et térrena moderáris: supplicatiónes pópuli tui cleménter exáudi; et pacem tuam nostris concéde tempóribus. Per Dominum nostrum Jesum Christum, Filium Tuum, qui Tecum vivit et regnat in unitate Spiritus Sancti, Deus, per omnia saecula saeculorum. Amen.


EPÍSTOLA, Romanos 12,6-16

Lección de la Epístola del apóstol San Pablo a los Romanos

Hermanos: Teniendo dones diferentes, según la gracia que se nos ha dado, deben ejercerse así: la profecía, de acuerdo con la regla de la fe; el servicio, dedicándose a servir; el que enseña, aplicándose a la enseñanza; el que exhorta, ocupándose en la exhortación; el que se dedica a distribuir los bienes, hágalo con generosidad; el que preside, con solicitud; el que hace obras de misericordia, con gusto. Que vuestro amor no sea fingido; aborreciendo lo malo, apegaos a lo bueno. Amaos cordialmente unos a otros; que cada cual estime a los otros más que a sí mismo; en la actividad, no seáis negligentes; en el espíritu, manteneos fervorosos, sirviendo constantemente al Señor. Que la esperanza os tenga alegres; manteneos firmes en la tribulación, sed asiduos en la oración; compartid las necesidades de los santos; practicad la hospitalidad. Bendecid a los que os persiguen; bendecid, sí, no maldigáis. Alegraos con los que están alegres; llorad con los que lloran. Tened la misma consideración y trato unos con otros, sin pretensiones de grandeza, sino poniéndoos al nivel de la gente humilde. No os tengáis por sabios, sino acomodaos a lo que sea más humilde.


GRADUAL Salmo 106, 20-21

Misit Dóminus verbum suum, et sanávit eos: et erípuit eos de intéritu eórum. V/. Confiteántur Dómino misericórdiæ ejus: et mirabília ejus fíliis hóminum.


ALELUYA Salmo 148.2

Allelúja, allelúja. V/. Laudáte Dóminum omnes Angeli ejus: laudáte eum, omnes virtútes ejus. Allelúja.



EVANGELIO  Juan 2, 1-11

Lectura del Santo Evangelio según San Juan

En aquel tiempo, había una boda en Caná de Galilea, y la madre de Jesús estaba allí. Jesús y sus discípulos estaban también invitados a la boda. Faltó el vino, y la madre de Jesús le dice: «No tienen vino». Jesús le dice: «Mujer, ¿qué tengo yo que ver contigo? Todavía no ha llegado mi hora». Su madre dice a los sirvientes: «Haced lo que él os diga». Había allí colocadas seis tinajas de piedra, para las purificaciones de los judíos, de unos cien litros cada una. Jesús les dice: «Llenad las tinajas de agua». Y las llenaron hasta arriba. Entonces les dice: «Sacad ahora y llevadlo al mayordomo». Ellos se lo llevaron. El mayordomo probó el agua convertida en vino sin saber de dónde venía (los sirvientes sí lo sabían, pues habían sacado el agua), y entonces llama al esposo y le dice: «Todo el mundo pone primero el vino bueno y, cuando ya están bebidos, el peor; tú, en cambio, has guardado el vino bueno hasta ahora». Este fue el primero de los signos que Jesús realizó en Caná de Galilea; así manifestó su gloria y sus discípulos creyeron en él.


Se dice Credo




OFERTORIO  Salmo 65, 1-2,16.

Jubiláte Deo, univérsa terra: Psalmum dícite nómini ejus: veníte, et audíte, et narrábo vobis, omnes qui timétis Deum, quanta fecit Dóminus ánimæ meæ, allelúja.



SECRETA

Oblata, Dómine, múnera sanctífica: nosque a peccatórum nostrórum máculis emúnda.  Per Dominum nostrum Jesum Christum, Filium Tuum, qui Tecum vivit et regnat in unitate Spiritus Sancti, Deus,



PREFACIO DE LA SANTÍSIMA TRINIDAD

V. Dóminus vobíscum.

R. Et cum spíritu tuo.

V. Sursum corda.

R. Habémus ad Dóminum.

V. Grátias agámus Dómino, Deo nostro.

R. Dignum et iustum est.


Vere dignum et iustum est, æquum et salutáre, nos tibi semper et ubíque grátias ágere: Dómine, sancte Pater, omnípotens ætérne Deus: Qui cum unigénito Fílio tuo, et Spíritu Sancto, unus es Deus, unus es Dóminus: non in uníus singularitáte persónæ, sed in uníus Trinitáte substántiæ. Quod enim de tua gloria, revelánte te, crédimus, hoc de Fílio tuo, hoc de Spíritu Sancto, sine differéntia discretiónis sentimus. Ut in confessióne veræ sempiternáeque Deitátis, et in persónis propríetas, et in esséntia únitas, et in majestáte adorétur æquálitas. Quam laudant Angeli atque Archángeli, Chérubim quoque ac Séraphim: qui non cessant clamáre quotídie, una voce dicéntes:



COMUNIÓN Juan 2, 7-11

Dicit Dóminus: "Impléte hýdrias aqua, et ferte architriclíno." Cum gustásset architriclínus aquam vinum factam, dicit sponso: "Servásti bonum vinum usque adhuc." Hoc signum fecit Jesus primum coram discípulis suis.



POSCOMUNIÓN

Augeátur in nobis, quǽsumus, Dómine, tuæ virtútis operátio: ut divínis vegetáti sacraméntis, ad eórum promíssa capiénda, tuo múnera præparémur. Per Dominum nostrum Jesum Christum, Filium Tuum, qui Tecum vivit et regnat in unitate Spiritus Sancti, Deus, per omnia saecula saeculorum. Amen.




Comentario al Evangelio: JESUCRISTO, EL ESPOSO HA RESERVADO

PARA AHORA EL BUEN VINO

Homilía de San Agustín de Hipona, Obispo y Doctor

II DOMINGO DESPUÉS DE EPIFANÍA


El acudir al Señor como convidado a una boda, de toda significación mística quiso confirmar que él instituyo las bodas. Ya que había de suceder que algunos, de quienes habla el Apóstol, habían de prohibir las bodas, diciendo que era cosa mala el casarse, y el que el diablo las había inventado, siendo así que el mismo Señor dice en el Evangelio: “preguntando si era licito al hombre despedir a su esposa, por cualquier causa” que esto no es licito, excepto por causa de fornicación. En cuya respuesta, podéis recordar que dice: “lo que Dios a unido, no lo separe el hombre”.

Y los que están bien instruidos en la fe católica, saben que Dios instituyo las bodas. Así como la unión es obra de Dios, así el divorcio es obra del diablo. Con todo, en el caso de fornicación, es lícito despedir a la consorte, ya que ella ha sido la primera en no querer ser esposa, no guardando fidelidad conyugal al marido. Débese  también tener presente que ni las mismas que consagran su virginidad a Dios, aunque tengan un grado mayor de honor y de santidad en la Iglesia, con todo no carecen de bodas, ya que tienen participación con toda la Iglesia, en aquellas bodas en que Cristo es el esposo.

El Señor asistió como invitado a las bodas para confirmar la castidad conyugal, y para revelarnos la significación misteriosa de aquellas bodas; en ellas la persona de Nuestro Señor, estaba figurada por el esposo, a quien se dijo “ha reservado el buen vino para lo último”. En efecto, Jesucristo ha reservado para estos últimos tiempos el buen vino, es decir su Evangelio.




 



domingo, 8 de enero de 2023

PROPIOS DE LA MISA DE LA FIESTA DE LA SAGRADA FAMILIA

 


PRIMER DOMINGO DESPUÉS DE EPIFANÍA
FIESTA DE LA SAGRADA FAMILIA
II clase, blanco
Gloria y Credo. Prefacio de la Epifanía.

EXPLICACIÓN DE LA LITURGIA DEL DÍA
Concedida a ciertas diócesis por el papa León XIII, en 1893, y extendida a la Iglesia universal por Benedicto XV en 1921, la fiesta de la Sagrada Familia ha suplantado el primer domingo después de la Epifanía, cuya misa se celebra el primer día libre de la semana que sigue.
Jesús, María y José, en la humilde casa de Nazaret, son ejemplo de la santidad más grande en las condiciones de vidas más sencillas. Entre los acontecimientos que han marcado el nacimiento del Salvador y el comienzo de su vida pública quiere la iglesia recordar todos los años este gran modelo, en el que nunca han dejado de inspirarse las familias cristianas. El santifica para siempre la práctica de las virtudes familiares.
Quiere la Iglesia que, además de los días dedicados a festejar separadamente al Niño Jesús, a María Santísima y al Patriarca San José, se haga recuerdo hoy de los tres juntos, formando la familia ejemplar y modelo de lo que debe ser, según Dios y el Evangelio, la familia cristiana de nuestros tiempos. En este concepto se venera hoy al Hijo de Dios como hijo de familia; y se recuerda a los padres, a las madres y a los hijos atolondrados de hoy, su condición de tales y sus respectivos y mutuos deberes, y la obligación de todos juntos para con Dios. Esto ha tenido presente la Iglesia al renovar con la Fiesta de la Sagrada Familia el hermoso ideal de la antigua familia cristiana, a la que anhela reconducir otra vea al mundo, hijo pródigo, y prófugo de ella, que ha convertido al hogar en un hotel si es rico, o en una posada si es pobre.

A continuación os ofrecemos los propios de la Santa Misa



INTROITO Proverbios 23, 24-25; Salmo 83,2-3

Exsúltat gáudio pater Justi, gáudeat Pater tuus et Mater tua, et exsúltet qua génuit te.  V/.  Quam dilécta tabernácula tua, Dómine virtútum! concupíscit et déficit ánima mea in átria Dómini.  V/. Glória Patri et Filio et Spiritui Sancto. Sicut erat in principio et nunc et semper, et in saecula saeculorum. Amén


COLECTA

Dómine Jesu Christe, qui Maríæ et Joseph súbditus domésticam vitam ineffabílibus virtútibus consecrásti: fac nos, utriúsque auxílio, Famíliæ sanctæ tuæ exémplis ínstrui; et consórtium cónsequi sempitérnum:  Qui vivis et regnas cum Deo Patre in unitate Spritus Sancti Deus, per omnia saecula saeculorum. Amén.



EPÍSTOLA, Colosenses 3,12-17

Lección de la Epístola del apóstol San Pablo a los Colosenses


Hermanos: Como elegidos de Dios, santos y amados, revestíos de compasión entrañable, bondad, humildad, mansedumbre, paciencia. Sobrellevaos mutuamente y perdonaos cuando alguno tenga quejas contra otro. El Señor os ha perdonado: haced vosotros lo mismo. Y por encima de todo esto, el amor, que es el vínculo de la unidad perfecta. Que la paz de Cristo reine en vuestro corazón: a ella habéis sido convocados en un solo cuerpo. Sed también agradecidos. La Palabra de Cristo habite entre vosotros en toda su riqueza; enseñaos unos a otros con toda sabiduría; exhortaos mutuamente. Cantad a Dios, dando gracias de corazón, con salmos, himnos y cánticos inspirados. Y todo lo que de palabra o de obra realicéis, sea todo en nombre de Jesús, dando gracias a Dios Padre por medio de él.



GRADUAL Salmo 26, 4; 83,5

Unam pétii a Dómino, hanc requíram; ut inhábitem in domo Dómini ómnibus diébus vitæ meæ. V/.  Beáti qui hábitant in domo tua, Dómine, in sǽcula sæculórum laudábunt te.
 



ALELUYA  Isaías 45,15

Allelúja, allelúja. V/.  Vere tu es Rex abscónditus, Deus Israël Salvator. Allelúja



EVANGELIO  Lucas 2, 42-52

Lectura del Santo Evangelio según San Lucas

Cuando cumplió doce años, subieron a la fiesta según la costumbre y, cuando terminó, se volvieron; pero el niño Jesús se quedó en Jerusalén, sin que lo supieran sus padres. Estos, creyendo que estaba en la caravana, anduvieron el camino de un día y se pusieron a buscarlo entre los parientes y conocidos; al no encontrarlo, se volvieron a Jerusalén buscándolo. Y sucedió que, a los tres días, lo encontraron en el templo, sentado en medio de los maestros, escuchándolos y haciéndoles preguntas. Todos los que le oían quedaban asombrados de su talento y de las respuestas que daba. Al verlo, se quedaron atónitos, y le dijo su madre: «Hijo, ¿por qué nos has tratado así? Tu padre y yo te buscábamos angustiados». Él les contestó: «¿Por qué me buscabais? ¿No sabíais que yo debía estar en las cosas de mi Padre?». Pero ellos no comprendieron lo que les dijo. Él bajó con ellos y fue a Nazaret y estaba sujeto a ellos. Su madre conservaba todo esto en su corazón. Y Jesús iba creciendo en sabiduría, en estatura y en gracia ante Dios y ante los hombres.

Se dice Credo



OFERTORIO  Lucas 2, 22

Tulérunt Jesum paréntes ejus un Jerúsalem, ut sísterent eum Dómino.


SECRETA

Placatiónis hóstiam offérimus tibi, Dómine, supplíciter deprecántes: ut, per intercessiónem Deíparæ Vírginis cum beáto Joseph, famílias nostras in pace et grátia tua fírmiter constítuas. Per eúmdem Dóminum nostrum Jesum Christum, Filium Tuum, qui Tecum vivit et regnat in unitate Spiritus Sancti, Deus,




PREFACIO DE EPIFANÍA

V. Dóminus vobíscum.

R. Et cum spíritu tuo.

V. Sursum corda.

R. Habémus ad Dóminum.

V. Grátias agámus Dómino, Deo nostro.

R. Dignum et iustum est.


Vere dignum et iustum est, æquum et salutáre, nos tibi semper et ubíque grátias ágere: Dómine, sancte Pater, omnípotens ætérne Deus: Quia, cum Unigénitus tuus in substántia nostræ mortalitátis appáruit, nova nos immortalitátis suæ luce reparávit. Et ídeo cum Angelis et Archángelis, cum Thronis et Dominatiónibus, cumque omni milítia cæléstis exércitus, hymnum glóriæ tuæ cánimus, sine fine dicéntes:



COMUNIÓN Lucas 2, 51

Descéndit Jesus cum eis, et venit Názareth, et erat súbditus illis.



POSCOMUNIÓN

Quos cæléstibus réficis sacraméntis, fac, Dómine Jesu, sanctæ Famíliæ tuæ exémpla júgiter imitari: ut in hora mortis nostræ, occurrénte gloriósa Vírgine Matre tua cum beto Joseph; per te in ætérna tabernácula récipi mereámur: Qui vivis et regnas cum Deo Patre in unitate Spritus Sancti Deus, per omnia saecula saeculorum. Amén.






Comentario al Evangelio: DIOS SE HUMILLA Y TU TE EXALTAS

Homilía de San Bernardo, Abad.

FIESTA DE LA SAGRADA FAMILIA


Y les estaba sujeto. ¿Quién estaba sujeto? ¿a quienes obedecía? Dios a los hombres, Dios, digo, a quien están sujetos los ángeles, a quienes los Principados y las Potestades obedecen, estaba sujeto a María,  y no tan solamente a María sino también a José por respeto a María. Admírate de ambas cosas, y considera lo que sea lo más admirable, si la benignísima dignación del Hijo, o la excelentísima dignidad de la Madre. Ambas causan estupor, ambas constituyen un milagro. Que Dios se someta a una mujer, constituye un acto de humildad sin semejante; y una mujer mande a un Dios, puedes ver en ello una sublimidad sin par. En alabanza de las vírgenes se cantan que siguen al Cordero dondequiera que vaya. Ahora bien, ¿de qué alabanzas juzgas digna a la que le preceden? 

Aprende, oh hombre a obedecer, aprende tú que eres tierra, a estar sumiso; aprende oh polvo, a sujetarte. El Evangelista hablando de tu Dios, dice que estaba sujeto a ellos; sin duda a María y a José. ¡Avergüénzate polvo soberbio! Dios se humilla, ¿y tú te exaltas? Dios se sujeta a los hombres, ¿y tú deseoso de dominar a los hombres, quieres anteponerte a tu Dios?. Ojalá que mí, si llegare a tener semejantes pensamientos, se digne Dios responderme, lo que respondió también a su Apóstol reprendiéndole: “Apártate de mí, Satanás, porque no tienes gusto de las cosas que son de Dios”. Puesto, que, cuantas veces deseo mandar a los hombres, tantas pretendo ir delante de mi Dios, y entonces verdaderamente, ni tengo gusto ni estimación, de las cosas que son de Dios, ya que de él mismo se dijo: “Y está sujeto a ellos”. Si te desdeñas, hombre, de imitar el ejemplo de los hombres, a lo menos no puedes reputar por cosa indecorosa para ti el seguimiento de tu autor, sino puedes seguirle a todas partes a donde el fuere, síguele por lo menos a donde por ti bajo.


Si no puedes subir a la altura de la virginidad, por lo menos sigue a Dios por la muy segura senda de la humildad, de la cual, si las vírgenes mismas se apartaren, ya no seguirán al Cordero, el humilde que se manchó; le sigue también el soberbio; peor ni el uno ni el otro a cualquier parte que valla, pues ni aquel puede subir a la limpieza del Cordero, que no tiene mancha, ni éste se digna bajar a la mansedumbre, de quien enmudeció paciente, no ya delante de quien la esquilaba, sino delante de quien le manta. Con todo, más saludable modo de seguirle eligió el pecador en la humildad, que el soberbio en la virginidad; pues la humilde satisfacción de aquel purifica su inmundicia, cuando la castidad de este es manchada por la soberbia.






viernes, 6 de enero de 2023

PROPIOS DE LA MISA DEL 6 DE ENERO: FESTIVIDAD DE LA EPIFANÍA DEL SEÑOR

 



6 de enero

LA EPIFANÍA DEL SEÑOR
I clase, blanco  
Gloria. Credo. Prefacio de Epifanía. Comunicantes propios. Genuflexión 
en el Evangelio

Estación en San Pedro del Vaticano


EXPLICACIÓN DE LA LITURGIA DEL DÍA 

Siguiendo el rastro luminoso de la estrella, magos de remotas naciones acuden hacía el Niño-Dios que se muestra al mundo: le rinden homenaje con el símbolo de sus regalos y entran con ello en la Iglesia, de la que es figura María.

El carácter y objeto de esta hermosísima festividad, se halla indicado en las palabras con las cuales la Santa Iglesia principia su oficio litúrgico: Cristo nos ha aparecido; venid, adorémosle. Por eso desde el Introito es proclamado con júbilo el advenimiento del gran Rey, del Señor dominador que tiene en su mano la potestad y el imperio de todo lo creado. Esta manifestación de Jesucristo a los pueblos de la gentilidad, la adoración que les rindieron los Magos, forma el objeto de cada una de las partes de la Misa. Si bien es verdad que la Iglesia nos recuerda y celebra hoy tres manifestaciones de Jesucristo: a los Magos, en las Bodas de Caná, y en el Jordán: con todo, la primera es a la que se refiere la liturgia de toda la santa Misa. Y así en la colecta rogamos al Señor nos conceda la gracia de contemplar en el cielo al mismo Jesucristo, a quien hemos conocido mediante la luz de la fe, prefigurada por la maravillosa estrella que condujo a los magos a Belén. Esta luz divina; la gloria del señor; el tributo de vasallaje que los pueblos habían de tributarle; todo esto nos predice el profeta Isaías en la Lección de la santa Misa.

El Evangelio, con una sencillez sublime y embelesadora, nos refiere el viaje de los Magos desde Oriente a Jerusalén en busca del Rey de los Judíos; cómo se declararon al mismo Herodes; la astucia de este rey malvado, su llegada a Belén; la adoración y los regalos que ofrecieron a Jesucristo, y, finalmente, el regreso a su patria. Los dones ofrecidos por los Magos se nos recuerdan de nuevo en el Ofertorio. Que estos dones prefiguraban a Jesucristo claramente lo indica la Secreta. Siendo la Epifanía una de las más solemnes festividades, no podía dejar de tener lo que es propio de ellas, es decir, Prefacio y Communicantes. Ambas piezas litúrgicas constituyen la más expresiva profesión de fe acerca del significado y realidad del gran misterio que celebramos. Gratitud por los bienes que conseguimos mediante la Epifanía, y fidelidad a los mismos, son las virtudes que nos predican la Comunión y Poscomunión.


A continuación os ofrecemos los propios de la Santa Misa



INTROITO Malaquías 3,1; 1 Crónicas 29,12; Salmo 71,1

Ecce advénit dominátor Dóminus: et regnum in manu ejus, et potéstas, et impérium. V/. Deus, judícium tuum Regi da: et justítiam tuam Fílio regis. V/. Glória Patri et Filio et Spiritui Sancto. Sicut erat in principio et nunc et semper, et in saecula saeculorum. Amén



COLECTA

Deus, qui hodiérna die Unigénitum tuum géntibus stella duce revelásti: concéde propítious; ut, qui jam te ex fide cognóvimus, usque ad contemplándam spéciem tuæ celsitúdinis perducámur. Per eúmdem Dominum nostrum Jesum Christum, Filium Tuum, qui Tecum vivit et regnat in unitate Spiritus Sancti, Deus, per omnia saecula saeculorum. Amen.




EPÍSTOLA, Isaías  60,1-6

Lección del profeta Isaías


¡Levántate y resplandece, Jerusalén, porque llega tu luz; la gloria del Señor amanece sobre ti! Las tinieblas cubren la tierra, la oscuridad los pueblos, pero sobre ti amanecerá el Señor y su gloria se verá sobre ti. Caminarán los pueblos a tu luz, los reyes al resplandor de tu aurora. Levanta la vista en torno, mira: todos esos se han reunido, vienen hacia ti; llegan tus hijos desde lejos, a tus hijas las traen en brazos. Entonces lo verás y estarás radiante; tu corazón se asombrará, se ensanchará, porque la opulencia del mar se vuelca sobre ti, y a ti llegan las riquezas de los pueblos. Te cubrirá una multitud de camellos, dromedarios de Madián y de Efá. Todos los de Saba llegan trayendo oro e incienso, y proclaman las alabanzas del Señor.



GRADUAL Isaías  60,6.1

Omnes de Saba vénient, aurum et thus deferéntes, et laudem Dómino annuntiántes. V/. Surge, et illumináre, Jerúsalem: quia glória Dómini super te orta est.




ALELUYA  Mateo 2,2

Allelúja, allelúja. V/. Vídimus stellam ejus in Oriénte, et vénimus cum munéribus adoráre Dóminium. Allelúja.




EVANGELIO  Mateo 2, 1-12

Lectura del Santo Evangelio según San Mateo

Habiendo nacido Jesús en Belén de Judea en tiempos del rey Herodes, unos magos de Oriente se presentaron en Jerusalén preguntando: «¿Dónde está el Rey de los judíos que ha nacido? Porque hemos visto salir su estrella y venimos a adorarlo». Al enterarse el rey Herodes, se sobresaltó y toda Jerusalén con él; convocó a los sumos sacerdotes y a los escribas del país, y les preguntó dónde tenía que nacer el Mesías. Ellos le contestaron: «En Belén de Judea, porque así lo ha escrito el profeta: “Y tú, Belén, tierra de Judá, no eres ni mucho menos la última de las poblaciones de Judá, pues de ti saldrá un jefe que pastoreará a mi pueblo Israel”». Entonces Herodes llamó en secreto a los magos para que le precisaran el tiempo en que había aparecido la estrella, y los mandó a Belén, diciéndoles: «Id y averiguad cuidadosamente qué hay del niño y, cuando lo encontréis, avisadme, para ir yo también a adorarlo». Ellos, después de oír al rey, se pusieron en camino y, de pronto, la estrella que habían visto salir comenzó a guiarlos hasta que vino a pararse encima de donde estaba el niño. Al ver la estrella, se llenaron de inmensa alegría. Entraron en la casa, vieron al niño con María, su madre, (arrodillarse) y cayendo de rodillas lo adoraron; después, abriendo sus cofres, le ofrecieron regalos: oro, incienso y mirra. Y habiendo recibido en sueños un oráculo, para que no volvieran a Herodes, se retiraron a su tierra por otro camino.


Se dice Credo



OFERTORIO Salmo 71, 10-11

Reges Tharsis et ínsulæ múnera ófferent: reges Arabum et Saba dona addúcent: et adorábunt eum omnes reges terræ; omnes gentes sérvient ei




SECRETA

Ecclésiæ tuæ, quǽsumus, Dómine, dona propítious intuére: quibus non jam aurum, thus, et myrrha profértur; sed quod eisdem munéribus declarátur, immolátor, et súmitur, Jesus Christus Fílius tuus Dóminus noster. Qui tecum vivit et regnat in unitate Spritus Sancti Deus,




PREFACIO DE EPIFANÍA

V. Dóminus vobíscum.

R. Et cum spíritu tuo.

V. Sursum corda.

R. Habémus ad Dóminum.

V. Grátias agámus Dómino, Deo nostro.

R. Dignum et iustum est.


Vere dignum et iustum est, æquum et salutáre, nos tibi semper et ubíque grátias ágere: Dómine, sancte Pater, omnípotens ætérne Deus: Quia, cum Unigénitus tuus in substántia nostræ mortalitátis appáruit, nova nos immortalitátis suæ luce reparávit. Et ídeo cum Angelis et Archángelis, cum Thronis et Dominatiónibus, cumque omni milítia cæléstis exércitus, hymnum glóriæ tuæ cánimus, sine fine dicéntes:



COMUNICANTES PROPIO (solo hoy 6 de enero)

Communicántes, et diem sacratíssimum celebrántes, quo Unigénitus tuus in tua tecum glória coætérnus, in veritáte carnis nostræ visibíliter corporális appáruit: sed et memóriam venerántes, in primis ejúsdem gloriósæ semper Vírginis Maríæ, Genetrícis ejúsdem Dei et Dómini nostri Iesu Christi:..

 

COMUNIÓN Mateo 2, 2

Vídimus stellam ejus in Oriénte, et vénimus cum munéribus adoráre Dóminium.




POSCOMUNIÓN

Præsta, quǽsumus, omnípotens Deus: ut quæ solémni celebrámus offício, purificátæ mentis intelligéntia consequámur. Per Dominum nostrum Jesum Christum, Filium Tuum, qui Tecum vivit et regnat in unitate Spiritus Sancti, Deus, per omnia saecula saeculorum. Amen.








Comentario al Evangelio: EL SEÑOR AMA LA NIÑEZ.

Homilía de San León Magno, Papa

EPIFANÍA DEL SEÑOR


Cuando los tres Magos fueron conducidos por el resplandor de una nueva estrella para venir a adorar a Jesús, ellos no lo vieron expulsando a los demonios, resucitando a los muertos, dando vista a los ciegos, curando a los cojos, dando la facultad de hablar a los mudos, o en cualquier otro acto que revelaba su poder divino ; sino que vieron a un niño que guardaba silencio, tranquilo, confiado a los cuidados de su madre. No aparecía en él ningún signo de su poder; mas le ofreció la vista de un gran espectáculo: su humildad. Por eso, el espectáculo de este santo Niño, al cual se había unido Dios, el Hijo de Dios, presentaba a sus miradas una enseñanza que más tarde debía ser proclamada a los oídos, y lo que no profería aún el sonido de su voz, el simple hecho de verle hacía ya que El enseñaba. Toda la victoria del Salvador, que ha subyugado al diablo y al mundo, ha comenzado por la humildad y ha sido consumada por la humildad. Ha inaugurado en la persecución sus días señalados, y también los ha terminado en la persecución. Al Niño no le ha faltado el sufrimiento, y al que había sido llamado a sufrir no le ha faltado la dulzura de la infancia, pues el Unigénito de Dios ha aceptado, por la sola humillación de su majestad, nacer voluntariamente hombre y poder ser muerto por los hombres.

Si, por el privilegio de su humildad, Dios omnipotente ha hecho buena nuestra causa tan mala, y si ha destruido a la muerte y al autor de la muerte (cf. 1 Tim 1,10), no rechazando lo que le hacían sufrir los perseguidores, sino soportando con gran dulzura y por obediencia a su Padre las crueldades de los que se ensañaban contra El, ¿cuánto más hemos de ser nosotros humildes y pacientes, puesto que, si nos viene alguna prueba, jamás se hace esto sin haberla merecido? ¿Quién se gloriará de tener un corazón casto y de estar limpio de pecado? Y, como dice San Juan, si dijéramos que no tenemos pecado, nos engañaríamos a nosotros mismos y la verdad no estaría con nosotros (1 Jn 1,8). ¿Quién se encontrará libre de falta, de modo que la justicia nada tenga de qué reprocharle o la misericordia divina qué perdonarle? Por eso, amadísimos, la práctica de la sabiduría cristiana no consiste ni en la abundancia de palabras, ni en la habilidad para discutir, ni en el apetito de alabanza y de gloria, sino en la sincera y voluntaria humildad, que el Señor Jesucristo ha escogido y enseñado como verdadera fuerza desde el seno de su madre hasta el suplicio de la cruz. Pues cuando sus discípulos disputaron entre sí, como cuenta el evangelista, quién sería el más grande en el reino de los cielos, El, llamando a sí a un niño, le puso en Medio de ellos y dijo: En verdad os digo, si no os mudáis haciéndoos como niños, no entraréis en el reino de los cielos. Pues el que se humillare hasta hacerse como un niño de éstos, ése será el más grande en el reino de los cielos (Mt 18,1-4). Cristo ama la infancia, que El mismo ha vivido al principio en su alma y en cuerpo. Cristo ama la infancia, maestra de humildad, regla de inocencia, modelo de dulzura. Cristo ama la infancia; hacia ella orienta las costumbres de los mayores, hacia ella conduce a la ancianidad. A los que eleva al reino eterno los atrae a su propio ejemplo.