Día 2 de julio
LA VISITACIÓN DE SANTA
MARÍA VIRGEN
Conmemoración de san
Proceso y Martiniano, mártires
II clase, blanco.
Gloria, Prefacio de la
Virgen.
EXPLICACIÓN DE LA LITURGIA DEL DÍA (tomada del blog Como Ovejas sin Pastor, al
cual podéis acceder fácilmente clicando aquí,
de mi buen amigo Juan Diego Ortega Santana)
La fiesta de hoy se recuerda
también en uno de los misterios del Santo Rosario. En la Visitación, Elisabeth
conoce el misterio de la Encarnación; Nuestra Señora ejerce su oficio de
Medianera de la Gracia con la santificación del Bautista. En respuesta a las
palabras de Elisabeth, Nuestra Señora canta el precioso y eterno Magníficat.
Fiesta de origen franciscano, ya que fue iniciativa de San Buenaventura, la instituyó Urbano VI en 1389 para impetrar el cisma de Occidente; al año siguiente, el nuevo Papa, Bonifacio IX promulgó la Bula "Superni benignitas Conditoris", con la cual extendía a toda la Iglesia Occidental la nueva festividad mariana.
<<Lo propio del Espíritu Santo cuando entra en un corazón es echar de él toda tibieza. Él ama la prontitud, es enemigo de las dilaciones, de los retardos en la ejecución de la voluntad de Dios... “María...fue de prisa a la montaña”... (Lc 1,39)
Fiesta de origen franciscano, ya que fue iniciativa de San Buenaventura, la instituyó Urbano VI en 1389 para impetrar el cisma de Occidente; al año siguiente, el nuevo Papa, Bonifacio IX promulgó la Bula "Superni benignitas Conditoris", con la cual extendía a toda la Iglesia Occidental la nueva festividad mariana.
<<Lo propio del Espíritu Santo cuando entra en un corazón es echar de él toda tibieza. Él ama la prontitud, es enemigo de las dilaciones, de los retardos en la ejecución de la voluntad de Dios... “María...fue de prisa a la montaña”... (Lc 1,39)
¡Cuántas
gracias llovieron sobre la casa de Zacarías cuando entró en ella María! Si
Abrahán recibió tantas gracias por haber hospedado en su casa a los tres
ángeles, ¡qué bendiciones caerían sobre la casa de Zacarías donde entró el
“ángel del gran consejo”, la verdadera arca de la alianza, el profeta divino,
Nuestro Señor recluido en el seno de María! Toda la casa se llenó de alegría:
el niño saltó en el vientre de su madre, el padre recobró el habla, la madre
fue llena del Espíritu Santo y recibió el don de profecía. Viendo a Nuestra
Señora entrar en su casa, exclamó: “¿cómo es posible que la madre de mi Señor
venga a visitarme?” (Lc 1, 43)... Y María, escuchando lo que su prima le decía
en alabanza suya, se humilló y daba gloria a Dios de todo. Confesando que toda
su felicidad le venía de Dios “que ha mirado la humildad de su sierva,”
entonando este bello y admirable cántico del Magníficat.
¡Cómo no
estar colmados de alegría, también nosotros, cuando nos visita este divino
Salvador en el Santísimo Sacramento, y también por las gracias interiores, las
palabras que diariamente nos dirige en nuestro corazón!>> (San Francisco
de Sales)
PROPIOS DE LA MISA DEL DÍA (Latín y Castellano)
INTROITO
SALVE, sancta Parens, eníxa puérpera Regem: qui cælum
terrámque regit in sǽcula sæculórum. V/. Sal 44, 2. Eructávit cor meum verbum
bonum: dico ego ópera mea Regi. Glória Patri.
SALVE, santa Madre, que
engendraste al Rey que rige cielos y tierra por los siglos de los siglos. V/.
Me brota del corazón un poema bello; al Rey consagro mis obras. V/. Gloria al
Padre.
ORÁCIÓN COLECTA
FÁMULIS tuis, quǽsumus, Dómine, coeléstis grátiæ munus
impertíre: ut, quibus beátæ Vírginis partus éxstitit salútis exórdium;
Visitatiónis ejus votiva sollémnitas, pacis tríbuat increméntum. Per Dóminum.
TE PEDIMOS, Señor, que
des a tus siervos el don de la gracia celestial; a fin de que los que hemos
recibido las primicias de la salvación en el parto de la Virgen Santa;
merezcamos un aumento de paz en la solemnidad de su Visitación. Por Nuestro
Señor Jesucristo.
ORACIÓN DE LA CONMEMORACIÓN.
DEUS, qui nos sanctórum Mártyrum tuórum Prcéssi et
Martiniáni gloriósis confessiónibus circúmdas et prótegis: da nobis et eórum
imitatióne profícere, et intercessióne gaudére. Per Dóminum nostrum.
OH DIOS, que nos
defiendes y proteges con el glorioso martirio de tus santos mártires Proceso y
Martiniano; concédenos que nos aprovechemos en la imitación de sus virtudes y
podamos alegrarnos con su intercesión. Por Nuestro Señor Jesucristo.
EPÍSTOLA Cant. 2, 8-14.
LÉCTIO LIBRI SAPIÉNTIÆ.
Ecce, iste venit sáliens in móntibus, transíliens colles;
símilis est diléctus meus cápreæ hinnulóque cervórum. En, ipse stat post
paríetem nostrum, respíciens per fenéstras, prospíciens per cancéllos. En,
diléctus meus lóquitur mihi: Surge, própera, amíca mea, colúmba mea, formósa
mea, et veni. Jam enim hiems tránsiit, imber ábiit et recéssit. Flores
apparuérunt in terra nostra, tempus putatiónis advénit: vox túrturis audíta est
in terra nostra: ficus prótulit grossos suos: víneæ floréntes dedérunt odórem
suum. Surge, amíca mea, speciósa mea, et veni: colúmba mea in foramínibus
petra, in cavérna macériæ, osténde mihi fáciem tuam, sonet vox tua in áuribus
meis: vox enim tua dulcis et fácies tua decóra.
LECTURA DEL LIBRO DE LA SABIDURÍA.
Vedlo cómo viene saltando
por los montes y brincando por los collados.
Al ligero gamo y al cervatillo se parece mi amado. Vedlo ya cómo se pone
detrás de la pared nuestra, cómo mira por las ventanas, cómo está atisbando por
las celosías. He aquí que me habla mi amado y dice: Levántate, apresúrate,
amiga mía, paloma mía, hermosa mía, y vente al campo; pues pasó ya el invierno, se disiparon y
cesaron las lluvias; despuntan las flores
en nuestra tierra; llegó el tiempo de la poda; el arrullo de la tórtola se ha
oído ya en nuestros campos; La higuera
arroja sus brevas; esparcen su olor las florecientes viñas. Levántate, pues,
amiga mía, beldad mía, y vente: ¡Oh casta paloma mía, tú que anidas en los
agujeros de las peñas, en las concavidades de las murallas, muéstrame tu
rostro, suene tu voz en mis oídos; pues tu voz es dulce, y lindo tu rostro.
GRADUAL
BENEDÍCTA et venerábilis es, Virgo María: quæ sine tactu
pudóris invénta es Mater Salvatóris. V/. Virgo, Dei Génetrix, quem totus non
capit orbis, in tua se clausit víscera factus homo.
BENDITA y venerable eres,
Virgen María; que sin menoscabo de tu virginidad, eres Madre del Salvador. V/.
Virgen Madre de Dios, el que no cabe en todo el orbe, se ha encerrado
haciéndose hombre en tu seno.
ALELUYA
ALLELÚJA, allelúja. V/.
Felix es, sacra Virgo María, et omni laude digníssima: quia ex te ortus
est sol justítiæ, Christus, Deus noster. Allelúja.
ALELUYA, aleluya. V/.
Feliz y digan de toda alabanza eres tú, Virgen Sagrada María, pues de ti nació
el sol de justicia, Cristo, Dios nuestro. Aleluya.
EVANGELIO Lc 1, 39-4
SEQUÉNTIA SANCTI EVANGÉLII
SECÚNDUM LUCAM.
In illo témpore: Exsúrgens María ábiit in montána cum
festinatióne in civitátem Juda: et intrávit in domum Zacharíæ et salutávit
Elísabeth. Et factum est, ut audivit salutatiónem Maríæ Elísabeth, exsultávit
infans in útero ejus: et repléta est Spíritu Sancto Elísabeth, et exclamávit
voce magna et dixit: Benedícta tu inter mulíeres, et benedíctus fructus ventris
tui. Et unde hoc mihi, ut véniat Mater Dómini mei ad me? Ecce enim, ut facta
est vox salutatiónis tuæ in áuribus meis, exsultávit in gáudio infans in útero
meo. Et beáta, quæ credidísti, quóniam perficiéntur ea, quæ dicta sunt tibi a
Dómino. Et ait María: Magníficat ánima mea Dóminum: et exsultávit spíritus meus
in Deo, salutári meo.
LECTURA DEL SANTO EVANGELIO SEGÚN SAN LUCAS.
En aquel tiempo: María
poniéndose en camino, se fue apresuradamente a las montañas de Judea a una
ciudad de la tribu de Judá; y habiendo
entrado en la casa de Zacarías, saludó a Isabel. Lo mismo fue oír el saludo de María, que la
criatura, diera saltos de placer en su vientre, e Isabel se sintió llena del
Espíritu Santo, y exclamando en voz
alta, dijo: ¡Bendita tú eres entre todas las mujeres, y bendito es el fruto de
tu vientre! Y ¿de dónde a mí tanto bien
que venga la madre de mi Señor a visitarme?
Pues lo mismo fue penetrar la voz de tu saludo en mis oídos, que dar
saltos de júbilo la criatura en mi vientre.
¡Oh bienaventurada tú que has creído! Porque se cumplirán las cosas que
se te han dicho de parte del Señor.
Entonces María dijo: Mi alma glorifica al Señor, y mi espíritu está transportado de gozo en
Dios, salvador mío.
OFERTORIO
BEÁTA es, Virgo María, quæ ómnium portásti Creatórem:
genuísti, qui te fecit, et in ætérnum pérmanes Virgo.
SANTA eres tú, Virgen
María, que llevaste en tu seno al Creador: engendraste a la que te creó y
permaneces Virgen para siempre.
SECRÉTA
UNIGÉNITI tui, Dómine, nobis succúrrat humánitas: ut, qui,
natus de Vírgine, Matris integritátem non mínuit, sed sacrávit; in Visitatiónis
ejus sollémniis, nostris nos piáculis éxuens, oblatiónem nostram tibi fáciat
accéptam Jesus Christus, Dóminus noster. Qui tecum.
SEÑOR, que la humanidad
de tu Unigénito nos socorra; y así como naciendo de la Virgen Madre no mermó su
Virgnidad; sino que la hizo más pura; de la misma manera, purificándonos de
nuestras culpas en la solemnidad de su Visitación, te haga aceptable nuestra
ofrenda, Jesucristo, Señor nuestro. Que contigo.
SECRETA DE LA CONMEMORACIÓN.
SÚSCIPE, Dómine, preces et múnera: quæ ut tuo sint digna
conspéctu, Sanctórum tuórum précibus adjuvémur. Per Dóminum.
RECIBE, Señor,
nuestras oraciones y ofrendas, para que
sean dignas de ti y seamos ayudados por las oraciones de tus Santos. Por
Nuestro Señor Jesucristo.
Prefacio de la Virgen: “et in
Visitatione”
COMUNIÓN
BEÁTA víscera Maríæ Vírginis, quæ portavérunt ætérni Patris
Fílium.
BENDITAS las entrañas de
la Virgen María, que llevaron al Hijo del Eterno Padre.
POSTCOMUNIÓN
SÚMPSIMUS, Dómine,
celebritátis ánnuæ votiva sacraménta: præsta, quǽsumus; ut et temporális vitæ
nobis remédia prǽbeant et ætérnæ. Per Dóminum.
HABIENDO recibido, los
sacramentos en la celebración de esta solemnidad anual; haz, Señor, que sean
remedio para vida presente y futura. Por
Nuestro Señor Jesucristo.
POSCOMUNIÓN DE LA
CONMEMORACIÓN
CÓRPORIS sacri et pretiósi Sánguinis repléti libámine,
quǽsumus, Dómine, Deus noster: ut, quod pia devotióne gérimus, certa
redemptióne capiámus. Per eúndem Dóminum.
ALIMENTADOS con la
ofrenda del Sagrado Cuerpo y la preciosa
Sangre, te rogamos, Señor Dios nuestro, que lo que acabamos de recibir con
devota piedad, asegure nuestra redención. Por Nuestro Señor Jesucristo.
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