DOMINGO IV DESPUÉS DE
PENTECOSTÉS
II clase, verde
Gloria, Credo y prefacio
de la Santísima Trinidad.
EXPLICACIÓN DE LA
LITURGIA DEL DÍA
El Evangelio de la pesca
milagrosa es el signo de las conquistas de la Iglesia y la realización de la
palabra de Nuestro Señor Jesucristo a San Pedro: En adelante, serás pescador de
hombres.
En la Misa domina la idea
de la confianza en Dios en medio de las luchas y sufrimientos de esta vida. San
Pablo nos recuerda que estas luchas y sufrimientos no son más que temporales;
están ligados a la condición de espera, que es la nuestra y la de toda la
creación con nosotros, hasta el día señalado para la plena manifestación de la
gloria de los hijos de Dios.
Mientras tanto viene el
Señor en nuestra ayuda, nos atrae a si, nos sostiene, nos perdona y nos
levanta.
El Introito claramente
nos manifiesta que el Señor es nuestra luz, nuestro guía, nuestra defensa. Si
el Señor es mi protector, ¿qué enemigo podrá atemorizarme, ni qué peligro podrá hacerme temblar? De El podemos
esperar todos los bienes y principalmente la paz, como le pedimos en la
Colecta. Ni todas las penas que esta vida, ni todas las tribulaciones deben ser
suficientes para impedirnos esta paz, pues ellas, como nos enseña la Epístola,
nada son en comparación de la futura gloria que esperamos
El amor de Dios sigue
revelándonos sus delicadezas. El mundo se nos presenta con la imagen de un mar
lleno de tormenta y peligros. Estamos salvos -pensamiento de la Pascua- pero el
enemigo, envidioso de nuestra felicidad, se esfuerza por perdernos de nuevo. No
debemos desalentarnos. En medio de todas las luchas, la Providencia de Dios
vigila sobre nosotros. Este es el pensamiento dominante de la liturgia de hoy.
Para que nuestra confianza en Jesús crezca más y más en nuestros corazones, no
olvidemos que si nuestras obras van sostenidas con el auxilio del Divino
Maestro serán muy fructuosas, como nos lo predica el Evangelio
PROPIUM MISSAE IN LINGUA LATINA
Introitus: Ps. 26,
1 et 2
Dóminus
illuminátio mea, et salus mea, quem timébo? Dóminus defénsor vitæ meæ, a quo
trepidábo? qui tríbulant me inímici mei, ipsi infirmáti sunt, et
cecidérunt. [Ps. ibid., 3] Si consístant advérsum me castra: non timébit cor meum.
Glória Patri. Dóminus illuminátio.
Collecta
Da nobis,
quǽsumus, Dómine: ut et mundi cursus pacífice nobis tuo órdine dirigátur; et
Ecclésia tua tranquílla devotióne lætétur. Per Dóminum.
Rom. 8, 18-23
Léctio Epístolæ beáti
Pauli Apóstoli ad Romanos.
Caríssimi: Exístimo quod non sunt condígnæ passiónes hujus
témporis ad futúram glóriam, quæ revelábitur in nobis. Nam expectátio creatúræ,
revelatiónem filiórum Dei expéctat. Vanitáti enim creatúra subjécta est non
volens, sed propter eum, qui subjécit in spe: quia et ipsa creatúra liberábitur
a servitúte corruptiónis, in libertátem glóriæ filiórum Dei. Scimus enim quod
omnis creatúra ingemíscit, et párturit usque adhuc. Non solum autem illa, sed
et nos ipsi primítias spíritus habéntes: et ipsi intra nos gémimus adoptiónem
filiórum expectántes redemptiónem córporis nostri: in Christo Jesu Dómino
nostro.
Graduale Ps. 78, 9 et
10
Propítius
esto, Dómine, peccátis nostris: ne quando dicant gentes: Ubi est Deus
eórum? V. Adjuva nos, Deus salutáris noster: et propter honórem
nóminis tui, Dómine. líbera nos.
Allelúja, allelúja. [Ps. 9,5 et 10] Deus,
qui sedes super thronum, et júdicas æquitátem: esto refúgium páuperum in
tribulátione. Allelúja.
Luc. 5, 1-11
† Sequéntia
sancti Evangélii secúndum Lucam.
In illo témpore: Cum turbæ irrúerent in
Jesum, ut audírent verbum Dei, et ipse stabat secus stagnum Genésareth. Et
vidit duas naves stantes secus stagnum: piscatóres autem descénderant et
lavábant retia. Ascéndens autem in unam navem, quae erat Simónis, rogávit eum a
terra redúcere pusíllum. Et sedens docébat de navícula turbas. Ut cessávit
autem loqui dixit ad Simónem: "Duc in altum, et laxáte rétia vestra in
captúram." Et respóndens Simon, dixit illi "Præcéptor, per totam
noctem laborántes, nihil cepimus: in verbo autem tuo laxábo rete." Et cum
hoc fecíssent, conclusérunt píscium multitúdinem copiósam: rumpebátur autem
rete eórum. Et annuérunt sóciis, qui erant in ália navi, ut venírent et
adjuvárent eos. Et venérunt et implevérunt ambas navículas ita ut pene
mergeréntur. Quod cum vidéret Simon Petrus, prócidit ad génua Jesu dicens:
"Exi a me quia homo peccátor sum Dómine." Stupor enim circumdéderat
eum, et omnes, qui cum illo erant, in captúra píscium, quam céperant: simíliter
autem Jacóbum et Joánnem, fílios Zebedǽi, qui erant sócii Simónis. Et ait ad
Simónem Jesus: "Noli timére: ex hoc jam hómines eris cápiens." Et
subdúctis ad terram návibus, relíctis ómnibus, secuti sunt eum.
Credo.
Offertorium: Ps. 12,
4-5.
Illúmina óculos meos, ne umquam obdórmiam
in morte: ne quando dicat inimícus meus: Præválui advérsus eum.
Secreta:
Oblatiónibus nostris, quǽsumus, Dómine,
placáre suscéptis: et ad te nostras étiam rebélles compélle propítius
voluntátes. Per Dóminum.
Vere dignum et iustum est, æquum et salutáre, nos tibi semper
et ubíque grátias ágere: Dómine, sancte Pater, omnípotens ætérne Deus: Qui cum
unigénito Fílio tuo, et Spíritu Sancto, unus es Deus, unus es Dóminus: non in
uníus singularitáte persónæ, sed in uníus Trinitáte substántiæ. Quod enim de
tua gloria, revelánte te, crédimus, hoc de Fílio tuo, hoc de Spíritu Sancto,
sine differéntia discretiónis sentimus. Ut in confessióne veræ sempiternáeque
Deitátis, et in persónis propríetas, et in esséntia únitas, et in majestáte
adorétur æquálitas. Quam laudant Angeli atque Archángeli, Chérubim quoque ac
Séraphim: qui non cessant clamáre quotídie, una voce dicéntes:
Communio: Ps. 17, 3
Dóminus firmaméntum meum, et refúgiam meum, et
liberátor meus: Deus meus, adjútor meus.
Postcommunio:
Mystéria nos, Dómine, quǽsumus, sumpta
puríficent, et suo múnere tueántur. Per Dominum.
PROPIOS DE LA MISA EN CASTELLANO
Introito. Salm.26,2,3.
El Señor es mi luz y mi
salvación, ¿a quién temeré? El Señor es el defensor de mi vida, ¿de quién
temblaré? Son mis adversarios y mis enemigos lo que tropiezan y caen. Salmo.- Aunque se enfrenten ejércitos contra mí, no temerá corazón. V/. Gloria.
Colecta
Concédenos, Señor, te
suplicamos, que sea dirigida por el orden de tu providencia la marcha del
mundo; y que tu Iglesia se alegre en tu servicio con la tranquilidad. Por
nuestro Señor.
Epístola. Rom.8.18-23.
Hermanos Creo que los
sufrimientos de la presente vida no son comparables con la gloria, que ha de
manifestarse en nosotros. Así la creación ansía la manifestación de los hijos
de Dios. Sujeta a la vanidad, no de grado, sino por causa de aquél que la
sujetó, espera también ella ser redimida de esa servidumbre de la corrupción,
para conocer la gloriosa libertad de los hijos de Dios. Porque sabemos que
hasta ahora toda la creación gime como con dolores de parto. Y no sólo ella,
sino también nosotros, que tenemos ya las primicias del Espíritu Santo,
suspiramos de lo íntimo del corazón, aguardando el efecto de la adopción de los
hijos de Dios, la redención de nuestro cuerpo, en Jesucristo Señor nuestro.
Gradual. Salm.78.9,10.
Perdona, Señor, nuestros
pecados, para que no digan las gentes: ¿Dónde está su Dios? V/. Ayúdanos, ¡oh Dios!, salvador
nuestro: líbranos, Señor, por la honra de tu nombre.
Aleluya, aleluya. Salm. 9.5.10.-
V/.¡Oh Dios!, que estás sentado sobre tu trono y juzgas con rectitud; sé
refugio de los pobres en la tribulación. Aleluya.
Evangelio. Luc.
5.1-11.
En aquel tiempo:
Hallábase Jesús junto al lago, de Genesaret, apretujado por la turba que oía la
palabra de Dios, y vio dos barcas a la orilla del lago, cuyos pescadores habían
bajado y lavaban las redes. Subiendo, pues a una de ellas, que era de Simón,
pidióle la desviase un poco de la orilla. Y sentándose dentro, instruía a las
turbas .Acabada la plática, dijo a Simón: Guía mar adentro, y echad vuestras
redes para pescar. Replicóle Simón: Maestro, toda la noche hemos estado
fatigándonos, y nada hemos cogido; no obstante, fiado en tu palabra, echaré la
red. Y habiéndolo hecho, recogieron tan gran cantidad de peces que la red se
rompía. Por lo cual hicieron señas a sus compañeros de la otra barca, de que
viniesen a ayudarles. Vinieron luego, y llenaron con tantos peces las dos
barcas, que poco faltó para que se hundiesen. Viendo esto Simón Pedro, echóse a
los pies de Jesús, diciendo: ¡Apártate de mi, Señor, que soy un hombre pecador!
y es que el asombro se había apoderado de él, como de todos los demás que con
él estaban, en vista de la pesca que acababan de hacer. Lo mismo sucedía
a Santiago y a Juan, hijos de Zebedeo y compañeros de Simón. Entonces dijo
Jesús a Simón: No temas; de hoy en adelante serás pescador de hombres. Y ellos,
sacando las barcas a tierra, dejaron todo y le siguieron.
Ofertorio. Salm.12,4-5.
Alumbra mis ojos, para
que no duerma jamás en la muerte; no diga mi enemigo: He podido más que él!
Secreta.
Aplácate, Señor, al
recibir nuestras ofrendas; y fuerza bondadoso nuestras rebeldes voluntades a
que vayan a ti. Por nuestro Señor Jesucristo.
Prefacio
de la Santísima Trinidad.
En verdad es digno y
justo, equitativo y saludable, darte gracias en todo tiempo y lugar, Señor,
santo Padre, omnipotente y eterno Dios, que con tu unigénito Hijo y con el
Espíritu Santo eres un solo Dios, un solo Señor, no en la individualidad de una
sola persona, sino en la trinidad de una sola sustancia. Por lo cual, cuanto
nos has revelado de tu gloria, lo creemos también de tu Hijo y del Espíritu
Santo, sin diferencia ni distinción. De suerte, que confesando una verdadera
y eterna Divinidad, adoramos la propiedad en las personas, la unidad en la
esencia, y la igualdad en la majestad, la cual alaban los Ángeles y los
Arcángeles, los Querubines: los Serafines, que no cesan de cantar a diario,
diciendo a una voz.
Comunión. Salm.17.34.
EL Señor es mi firme
apoyo, mi refugio y mi libertador; mi Dios y mi auxiliador.
Poscomunión.
Purifíquennos, Señor,
los santos misterios que acabamos de recibir y defiéndannos con su eficacia.
Por N.S.