DOMINGO II DESPUÉS DE
PENTECOSTÉS
II clase, verde
Gloria,
Credo y prefacio de la Santísima Trinidad.
EXPLICACIÓN DE LA LITURGIA DEL DÍA
Entre las delicias
corporales y las espirituales hay, por lo común, amadísimos hermanos, esta
diferencia: que las corporales, antes de gozarlas, despiertan un ardiente
deseo; mas después de gustarlas ávidamente no tardan, por su misma saciedad, en
causar hastío. Las espirituales, por el contrario, causan hastío mientras no se
han gustado; mas después de gozarlas se despierta el apetito de las mismas; y
son tanto más apetecidas por el que las prueba, cuanto mayor es el apetito con
que las gusta. En aquellas, el deseo agrada, más la posesión desagrada; éstas,
en cambio, apenas se desean, mas su posesión es sumamente agradable. En
aquellas, el apetito engendra la saciedad y la saciedad produce el hastío; pero
en éstas, el apetito engendra también la saciedad, más la saciedad produce
apetito.
Las delicias
espirituales al saciar el alma fomentan su apetito, porque cuanto más se
percibe el sabor de una cosa, tanto mejor se la conoce, por lo cual se la ama
con mayor avidez; por esto, cuando no se han experimentado no pueden amarse
porque se desconocen su sabor. ¿Quién en efecto, puede amar lo que no conoce?
He ahí por qué dice el Salmista: “Gustad y ved cuán suave es el Señor”. Como si
dijera abiertamente: No conoceréis su suavidad si no la gustáis; pero tocad con
el paladar de vuestro corazón el alimento de vida, para que, experimentando su
suavidad, seáis capaces de amarle. El hombre perdió estas delicias cuando pecó
en el Paraíso; salió de él cuando cerró su boca al alimento de eterna suavidad.
De aquí proviene que,
habiendo nacido en las penas de este destierro, lleguemos aquí abajo a tal
hastío, que ya no sabemos lo que debemos desear. Esta enfermedad del hastío se
aumenta tanto más en nosotros cuanto más el alma se aleja de este alimento
lleno de suavidad. Llega hasta el punto de perder todo apetito por esas
delicias interiores, a causa precisamente de haberse mantenido alejada de
ellas, y haber perdido de mucho tiempo atrás el hábito de gustarlas. Es, pues,
nuestro hastío el que hace que nos debilitemos; es esa funesta prolongada
inanición la que nos agota. Y, por cuanto no queremos gustar interiormente la
suavidad que se nos ofrece, preferimos, insensatos, el hambre a que nos
condenan las cosas externas. (Homilía de
San Gregorio, Papa.)
PROPIUM MISSAE IN LINGUA LATINA
Introitus: Ps. 17,
19-20
Factus est Dóminus protéctor meus, et edúxit me in
latitúdinem: salvum me fecit, quóniam vóluit me. [Ps. ibid., 2-3] Díligam
te, Dómine, virtus mea: Dóminus firmaméntum meum et refúgium meum, et liberátor
meus. [v.] Glória Patri. Factus est.
Oratio Colecta
Sancti nóminis tui, Dómine, timórem páriter et amórem
fac nos habére perpétuum: quia nunquam tua gubernatióne destítuis, quos in
soliditáte tuæ dilectiónis instítuis. Per Dóminum.
1 Joann. 3, 13-18
Léctio Epístolæ beáti
Joánnis Apóstoli.
Caríssimi: Nolíte mirári, si odit vos mundus. Nos scimus quóniam transláti sumus de morte ad vitam, quóniam dilígimus fratres. Qui non díligit, manet in morte: omnis qui odit fratrem suum, homicída est. Et scitis quóniam omnis homicída non habet vitam ætérnam in semetípso manéntem. In hoc cognóvimus caritátem Dei, quóniam ille ánimam suam pro nobis pósuit: et nos debémus pro frátribus ánimas pónere. Qui habúerit substántiam hujus mundi, et víderit fratrem suum necessitátem habére et cláuserit víscera sua ab eo: quómodo cáritas Dei manet in eo? Filíoli mei, non diligámus verbo, neque lingua, sed ópere, et veritáte.
Caríssimi: Nolíte mirári, si odit vos mundus. Nos scimus quóniam transláti sumus de morte ad vitam, quóniam dilígimus fratres. Qui non díligit, manet in morte: omnis qui odit fratrem suum, homicída est. Et scitis quóniam omnis homicída non habet vitam ætérnam in semetípso manéntem. In hoc cognóvimus caritátem Dei, quóniam ille ánimam suam pro nobis pósuit: et nos debémus pro frátribus ánimas pónere. Qui habúerit substántiam hujus mundi, et víderit fratrem suum necessitátem habére et cláuserit víscera sua ab eo: quómodo cáritas Dei manet in eo? Filíoli mei, non diligámus verbo, neque lingua, sed ópere, et veritáte.
Graduale Ps. 119, 1-2
Ad Dóminum, cum tribulárer, clamávi, et exaudívit
me. [v.] Dómine,
líbera ánimam meam a lábiis iníquis, et a lingua dolósa.
Allelúja, allelúja. [Ps. 7, 2] Dómine Deus meus, in te sperávi: salvum me fac ex ómnibus persequéntibus me, et líbera me. Allelúja.
Allelúja, allelúja. [Ps. 7, 2] Dómine Deus meus, in te sperávi: salvum me fac ex ómnibus persequéntibus me, et líbera me. Allelúja.
Luc. 14, 16-24
+ Sequéntia sancti Evangélii secúndum Lucam.
+ Sequéntia sancti Evangélii secúndum Lucam.
In illo témpore: Dixit Jesus Pharisǽis parábolam hanc:
«Homo quidam fecit cœnam magnam, et vocávit multos. Et misit servum suum hora
cœnæ dícere invitátis ut venírent, quia jam paráta sunt ómnia. Et cœpérunt
simul omnes excusáre. Primus dixit ei: “Villam emi, et necésse hábeo exíre, et
vidére illam: rogo te, habe me excusátum.” Et alter dixit: “Juga boum emi
quinque, et eo probáre illa: rogo te, habe me excusátum.” Et álius dixit:
“Uxórem duxi, et ídeo non possum veníre.” Et revérsus servus nuntiávit hæc
dómino suo. Tunc irátus paterfamílias, dixit servo suo: “Exi cito in platéas,
et vicos civitátis: et páuperes, ac débiles, et cæcos, et claudos íntroduc
huc.” Et ait servus: “Dómine, factum est ut imperásti, et adhuc locus est.” Et
ait dóminus servo: “Exi in vias et sepes: et compélle intráre, ut impleátur
domus mea. Dico autem vobis, quod nemo virórum illórum, qui vocáti sunt,
gustábit cœnam meam.”»
Credo.
Credo.
Offertorium: Ps. 6, 5.
Dómine, convértere, et éripe ánimam meam: salvum me fac
propter misericórdiam tuam.
Secreta:
Oblátio nos, Dómine, tuo nómini dicánda puríficet: et
de die in diem ad cæléstis vitæ tránsferat actiónem. Per Dóminum.
Præfátio de Ssma
Trinitate
Vere dignum et iustum est, æquum et
salutáre, nos tibi semper et ubíque grátias ágere: Dómine, sancte Pater,
omnípotens ætérne Deus: Qui cum unigénito Fílio tuo, et Spíritu Sancto, unus es
Deus, unus es Dóminus: non in uníus singularitáte persónæ, sed in uníus
Trinitáte substántiæ. Quod enim de tua gloria, revelánte te, crédimus, hoc de
Fílio tuo, hoc de Spíritu Sancto, sine differéntia discretiónis sentimus. Ut in
confessióne veræ sempiternáeque Deitátis, et in persónis propríetas, et in
esséntia únitas, et in majestáte adorétur æquálitas. Quam laudant Angeli atque
Archángeli, Chérubim quoque ac Séraphim: qui non cessant clamáre quotídie, una
voce dicéntes:
Communio: Ps. 12, 6
Cantábo Dómino, qui bona tríbuit mihi: et psallam nómini
Dómini altíssimi.
Postcommunio:
Sumptis munéribus sacris,
quǽsumus, Dómine: ut cum frequentatióne mystérii, crescat nostræ salútis
efféctus. Per Dominum.
PROPIOS DE LA MISA EN CASTELLANO
Introito. Ps.
17, 19-20. –
El Señor se ha
constituido mi Protector; y me ha colocado en un lugar espacioso; me ha
salvado, porque me quiso bien. – Salmo. 17, 2-3. Os amaré, Señor, fortaleza mía. El Señor es mi defensa, mi refugio y
mi libertador. Gloria
Oración.-
Haced, Señor, que
siempre temamos y amemos vuestro santo Nombre; porque vuestra
Providencia jamás abandona a los que fundáis en la solidez de vuestro amor. Por
nuestro Señor Jesucristo.
Epístola. 1
Juan. 3, 13-18. –
Queridos hermanos: No os
sorprenda que el mundo os odie. Nosotros hemos pasado de la muerte a la vida:
lo sabemos porque amamos a los hermanos. El que no ama, permanece en la muerte.
El que odia a su hermano, es un homicida. Y sabéis que ningún homicida lleva en
si vida eterna. En esto hemos conocido el amor: en que Él dio su vida por
nosotros. También., nosotros debemos dar nuestras vidas por los hermanos. Pero
si uno tiene de qué vivir y viendo a su hermano en necesidad, le cierra sus
entrañas, ¿cómo va a estar en él el amor de Dios? Hijos míos, no amemos de
palabra y de boca, sino de verdad y con obras.
Gradual. Sal.
119, l-2.-
Llamé al Señor en la
aflicción, y Él me respondió. Líbrame, Señor, de los labios mentirosos, de la
lengua traidora.
Aleluya,
aleluya. Sal.7,2.-
Señor Dios mío, en ti he
confiado: sálvame de mis perseguidores, y líbrame. Aleluya.
Evangelio. Lucas
14 26-24
. En aquel tiempo: dijo Jesús a los fariseos esta parábola: Un hombre
daba un gran banquete y convidó a mucha gente; a la hora del banquete mandó a
su criado para que avisara a los convidados: Venid, ya está preparado. Y
empezaron a excusarse uno tras otro. El primero le dijo: He comprado un campo Y
tengo que ir a verlo. Dispénsame, por favor'. Otro dijo: He comprado cinco
yuntas de bueyes y voy a probarlas. Dispénsame, por favor. Otro dijo: Me acabo
de casar y, naturalmente, no puedo ir. Volvió el criado y se lo contó a su amo.
Entonces el dueño de la casa, indignado, dijo a su criado: Sal corriendo a las
plazas y calles de la ciudad y tráete a los pobres, a los lisiados, a los
ciegos y a los cojos. Y dijo el criado: Señor, se ha hecho lo que mandaste y
todavía queda sitio. Y el amo dijo al criado: Sal por los caminos v senderos, e
insísteles hasta que entren, y se me llene la casa. Porque os digo que ninguno
de aquellos convidados probará mi banquete.
Ofertorio. Ps,
6, 5. –
Señor, volveos a mí, y
librad mi alma; salvadme por vuestra gran misericordia.
Secreta.
–
Purifíquenos, Señor, la
ofrenda que os hemos ofrecido; y háganos adelantar en obras dignas del Cielo.
Por nuestro Señor Jesucristo...
Prefacio
de la Santísima Trinidad,.-
Realmente es justo y
necesario, es nuestro deber y salvación, darte gracias, siempre y en todo
lugar, Señor, Padre Santo, Dios Todopoderoso y eterno: Que con tu Único Hijo y
el Espíritu Santo eres un solo Dios, un solo Señor; no una sola persona, sino
tres Personas en una sola naturaleza. Y lo que creemos de tu gloria, porque Tú
lo revelaste, lo afirmamos también de tu Hijo, y también del Espíritu Santo,
sin diferencia ni distinción. De modo que al proclamar nuestra fe en la
verdadera y eterna divinidad, adoramos tres Personas distintas, de única
naturaleza e iguales en su dignidad; A quien alaban los Ángeles y los
Arcángeles y todos los coros celestiales, que no cesan de aclamare con una sola
voz:
Comunión. Ps.12,6.-
Cantaré al Señor, que
tantos bienes me ha dado; cantaré al Nombre del Altísimo Señor.
Poscomunión. –
Recibidos vuestros
dones, os rogamos. Señor, que frecuentando estos haga más segura nuestra
salvación: .Por N. S. ]. C
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