domingo, 8 de enero de 2023

PROPIOS DE LA MISA DE LA FIESTA DE LA SAGRADA FAMILIA

 


PRIMER DOMINGO DESPUÉS DE EPIFANÍA
FIESTA DE LA SAGRADA FAMILIA
II clase, blanco
Gloria y Credo. Prefacio de la Epifanía.

EXPLICACIÓN DE LA LITURGIA DEL DÍA
Concedida a ciertas diócesis por el papa León XIII, en 1893, y extendida a la Iglesia universal por Benedicto XV en 1921, la fiesta de la Sagrada Familia ha suplantado el primer domingo después de la Epifanía, cuya misa se celebra el primer día libre de la semana que sigue.
Jesús, María y José, en la humilde casa de Nazaret, son ejemplo de la santidad más grande en las condiciones de vidas más sencillas. Entre los acontecimientos que han marcado el nacimiento del Salvador y el comienzo de su vida pública quiere la iglesia recordar todos los años este gran modelo, en el que nunca han dejado de inspirarse las familias cristianas. El santifica para siempre la práctica de las virtudes familiares.
Quiere la Iglesia que, además de los días dedicados a festejar separadamente al Niño Jesús, a María Santísima y al Patriarca San José, se haga recuerdo hoy de los tres juntos, formando la familia ejemplar y modelo de lo que debe ser, según Dios y el Evangelio, la familia cristiana de nuestros tiempos. En este concepto se venera hoy al Hijo de Dios como hijo de familia; y se recuerda a los padres, a las madres y a los hijos atolondrados de hoy, su condición de tales y sus respectivos y mutuos deberes, y la obligación de todos juntos para con Dios. Esto ha tenido presente la Iglesia al renovar con la Fiesta de la Sagrada Familia el hermoso ideal de la antigua familia cristiana, a la que anhela reconducir otra vea al mundo, hijo pródigo, y prófugo de ella, que ha convertido al hogar en un hotel si es rico, o en una posada si es pobre.

A continuación os ofrecemos los propios de la Santa Misa



INTROITO Proverbios 23, 24-25; Salmo 83,2-3

Exsúltat gáudio pater Justi, gáudeat Pater tuus et Mater tua, et exsúltet qua génuit te.  V/.  Quam dilécta tabernácula tua, Dómine virtútum! concupíscit et déficit ánima mea in átria Dómini.  V/. Glória Patri et Filio et Spiritui Sancto. Sicut erat in principio et nunc et semper, et in saecula saeculorum. Amén


COLECTA

Dómine Jesu Christe, qui Maríæ et Joseph súbditus domésticam vitam ineffabílibus virtútibus consecrásti: fac nos, utriúsque auxílio, Famíliæ sanctæ tuæ exémplis ínstrui; et consórtium cónsequi sempitérnum:  Qui vivis et regnas cum Deo Patre in unitate Spritus Sancti Deus, per omnia saecula saeculorum. Amén.



EPÍSTOLA, Colosenses 3,12-17

Lección de la Epístola del apóstol San Pablo a los Colosenses


Hermanos: Como elegidos de Dios, santos y amados, revestíos de compasión entrañable, bondad, humildad, mansedumbre, paciencia. Sobrellevaos mutuamente y perdonaos cuando alguno tenga quejas contra otro. El Señor os ha perdonado: haced vosotros lo mismo. Y por encima de todo esto, el amor, que es el vínculo de la unidad perfecta. Que la paz de Cristo reine en vuestro corazón: a ella habéis sido convocados en un solo cuerpo. Sed también agradecidos. La Palabra de Cristo habite entre vosotros en toda su riqueza; enseñaos unos a otros con toda sabiduría; exhortaos mutuamente. Cantad a Dios, dando gracias de corazón, con salmos, himnos y cánticos inspirados. Y todo lo que de palabra o de obra realicéis, sea todo en nombre de Jesús, dando gracias a Dios Padre por medio de él.



GRADUAL Salmo 26, 4; 83,5

Unam pétii a Dómino, hanc requíram; ut inhábitem in domo Dómini ómnibus diébus vitæ meæ. V/.  Beáti qui hábitant in domo tua, Dómine, in sǽcula sæculórum laudábunt te.
 



ALELUYA  Isaías 45,15

Allelúja, allelúja. V/.  Vere tu es Rex abscónditus, Deus Israël Salvator. Allelúja



EVANGELIO  Lucas 2, 42-52

Lectura del Santo Evangelio según San Lucas

Cuando cumplió doce años, subieron a la fiesta según la costumbre y, cuando terminó, se volvieron; pero el niño Jesús se quedó en Jerusalén, sin que lo supieran sus padres. Estos, creyendo que estaba en la caravana, anduvieron el camino de un día y se pusieron a buscarlo entre los parientes y conocidos; al no encontrarlo, se volvieron a Jerusalén buscándolo. Y sucedió que, a los tres días, lo encontraron en el templo, sentado en medio de los maestros, escuchándolos y haciéndoles preguntas. Todos los que le oían quedaban asombrados de su talento y de las respuestas que daba. Al verlo, se quedaron atónitos, y le dijo su madre: «Hijo, ¿por qué nos has tratado así? Tu padre y yo te buscábamos angustiados». Él les contestó: «¿Por qué me buscabais? ¿No sabíais que yo debía estar en las cosas de mi Padre?». Pero ellos no comprendieron lo que les dijo. Él bajó con ellos y fue a Nazaret y estaba sujeto a ellos. Su madre conservaba todo esto en su corazón. Y Jesús iba creciendo en sabiduría, en estatura y en gracia ante Dios y ante los hombres.

Se dice Credo



OFERTORIO  Lucas 2, 22

Tulérunt Jesum paréntes ejus un Jerúsalem, ut sísterent eum Dómino.


SECRETA

Placatiónis hóstiam offérimus tibi, Dómine, supplíciter deprecántes: ut, per intercessiónem Deíparæ Vírginis cum beáto Joseph, famílias nostras in pace et grátia tua fírmiter constítuas. Per eúmdem Dóminum nostrum Jesum Christum, Filium Tuum, qui Tecum vivit et regnat in unitate Spiritus Sancti, Deus,




PREFACIO DE EPIFANÍA

V. Dóminus vobíscum.

R. Et cum spíritu tuo.

V. Sursum corda.

R. Habémus ad Dóminum.

V. Grátias agámus Dómino, Deo nostro.

R. Dignum et iustum est.


Vere dignum et iustum est, æquum et salutáre, nos tibi semper et ubíque grátias ágere: Dómine, sancte Pater, omnípotens ætérne Deus: Quia, cum Unigénitus tuus in substántia nostræ mortalitátis appáruit, nova nos immortalitátis suæ luce reparávit. Et ídeo cum Angelis et Archángelis, cum Thronis et Dominatiónibus, cumque omni milítia cæléstis exércitus, hymnum glóriæ tuæ cánimus, sine fine dicéntes:



COMUNIÓN Lucas 2, 51

Descéndit Jesus cum eis, et venit Názareth, et erat súbditus illis.



POSCOMUNIÓN

Quos cæléstibus réficis sacraméntis, fac, Dómine Jesu, sanctæ Famíliæ tuæ exémpla júgiter imitari: ut in hora mortis nostræ, occurrénte gloriósa Vírgine Matre tua cum beto Joseph; per te in ætérna tabernácula récipi mereámur: Qui vivis et regnas cum Deo Patre in unitate Spritus Sancti Deus, per omnia saecula saeculorum. Amén.






Comentario al Evangelio: DIOS SE HUMILLA Y TU TE EXALTAS

Homilía de San Bernardo, Abad.

FIESTA DE LA SAGRADA FAMILIA


Y les estaba sujeto. ¿Quién estaba sujeto? ¿a quienes obedecía? Dios a los hombres, Dios, digo, a quien están sujetos los ángeles, a quienes los Principados y las Potestades obedecen, estaba sujeto a María,  y no tan solamente a María sino también a José por respeto a María. Admírate de ambas cosas, y considera lo que sea lo más admirable, si la benignísima dignación del Hijo, o la excelentísima dignidad de la Madre. Ambas causan estupor, ambas constituyen un milagro. Que Dios se someta a una mujer, constituye un acto de humildad sin semejante; y una mujer mande a un Dios, puedes ver en ello una sublimidad sin par. En alabanza de las vírgenes se cantan que siguen al Cordero dondequiera que vaya. Ahora bien, ¿de qué alabanzas juzgas digna a la que le preceden? 

Aprende, oh hombre a obedecer, aprende tú que eres tierra, a estar sumiso; aprende oh polvo, a sujetarte. El Evangelista hablando de tu Dios, dice que estaba sujeto a ellos; sin duda a María y a José. ¡Avergüénzate polvo soberbio! Dios se humilla, ¿y tú te exaltas? Dios se sujeta a los hombres, ¿y tú deseoso de dominar a los hombres, quieres anteponerte a tu Dios?. Ojalá que mí, si llegare a tener semejantes pensamientos, se digne Dios responderme, lo que respondió también a su Apóstol reprendiéndole: “Apártate de mí, Satanás, porque no tienes gusto de las cosas que son de Dios”. Puesto, que, cuantas veces deseo mandar a los hombres, tantas pretendo ir delante de mi Dios, y entonces verdaderamente, ni tengo gusto ni estimación, de las cosas que son de Dios, ya que de él mismo se dijo: “Y está sujeto a ellos”. Si te desdeñas, hombre, de imitar el ejemplo de los hombres, a lo menos no puedes reputar por cosa indecorosa para ti el seguimiento de tu autor, sino puedes seguirle a todas partes a donde el fuere, síguele por lo menos a donde por ti bajo.


Si no puedes subir a la altura de la virginidad, por lo menos sigue a Dios por la muy segura senda de la humildad, de la cual, si las vírgenes mismas se apartaren, ya no seguirán al Cordero, el humilde que se manchó; le sigue también el soberbio; peor ni el uno ni el otro a cualquier parte que valla, pues ni aquel puede subir a la limpieza del Cordero, que no tiene mancha, ni éste se digna bajar a la mansedumbre, de quien enmudeció paciente, no ya delante de quien la esquilaba, sino delante de quien le manta. Con todo, más saludable modo de seguirle eligió el pecador en la humildad, que el soberbio en la virginidad; pues la humilde satisfacción de aquel purifica su inmundicia, cuando la castidad de este es manchada por la soberbia.






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