miércoles, 30 de noviembre de 2022

NOVENA EN HONOR A LA INMACULADA CONCEPCION DE MARIA SANTISIMA, PATRONA DE ESPAÑA: DIA 2

 


NOVENA EN HONOR A LA INMACULADA CONCEPCIÓN DE MARÍA SANTÍSIMA (DÍA 2)

Por la señal ✠ de la Santa Cruz, de nuestros ✠ enemigos, líbranos Señor  Dios nuestro. En el nombre del Padre, y del Hijo , y del Espíritu Santo. Amén.
  
ACTO DE CONTRICIÓN
Pésame, Señor, de todo corazón de haberos ofendido por ser Vos quien sois, y porque os amo sobre todas las cosas, y propongo firmemente la enmienda.
  
ORACIÓN PREPARATORIA PARA TODOS LOS DÍAS
Soberana Señora, Emperatriz de los Cielos y tierra, Estrella refulgente del mar, que fija en los candores de vuestra Inmaculada pureza diriges los errados navegantes, hijos de Adán. Yo el más indigno de todos ellos, me postro ante tu Sagrada Imagen, venerándote en el primer instante de tu Purísima Concepción, desde el cual fuiste escogida para Madre de Dios y Virgen Purísima, y te suplico en esta novena, que consagro a tus aras, que te dignes de ser mi Madre, pues lo eres de todos los miserables hijos de Adán; y me alcances del trono de la Beatísima Trinidad pureza de intención y conformidad con su santísima voluntad, para que por vuestra santísima intercesión sean mis súplicas oídas de su piedad; y en especial, Señora, se digne concederme el remedio de esta especial necesidad que os manifiesta mi corazón, lo que con gran confianza espero de vuestras piedades para que, una vez conseguida, te rinda en esta vida las gracias, hasta que logre congratularte en la gloria eternamente. Amén.

DÍA SEGUNDO - 30 DE NOVIEMBRE

MEDITACIÓN: «Mancha original nunca hubo en ti» (Cánticos 4, 7).

Considerad, almas, cómo preparados con soberanos favores y especiales disposiciones los padres de María Santísima, se determinó en el Divino Consistorio de esta Soberana Princesa: «Creemos un alma de nuestros deseos, un fruto de nuestros atributos, un prodigio de nuestro infinito Poder, sin que le toque ni le ofenda la mácula de la culpa de Adán. Hagamos una obra que sea objeto de nuestra Omnipotencia, sea única imagen de nuestra Divinidad y sea en nuestra Presencia, por todas las eternidades, complemento de nuestro beneplácito y agrado; en ella depositaremos todas las prerrogativas y gracias que en nuestra primera condicionada voluntad, destinábamos para los Ángeles y los hombres si en el primer estado se conservaran. No conviene a nuestra equidad y providencia omitir lo más decente, perfecto y santo, por lo que es menos: el Verbo, que se ha de humanar, siendo Redentor y Maestro de los hombres, ha de fundar la Ley perfectísima de gracia y enseñar en ella a obedecer y honrar a padre y madre, como causas segundas de su ser natural: esta Ley se ha de ejecutar primero honrando el Verbo Divino a la que eligió por Madre suya, previniéndola con lo más admirable, más santo y excelente de todas las gracias y dones: y entre ellos será la honra y beneficio más singular el no sujetarla a nuestros enemigos ni a su malicia, y así ha de ser libre de la muerte y de la culpa».

ORACIÓN PARA EL DÍA SEGUNDO

¡Oh Soberana Reina de los Ángeles! Cielo hermosísimo, adornado de divinas luces, a vuestros pies santísimos postrados todos los que os veneramos en esta Novena, os damos mil parabienes por la determinación de la Beatísima Trinidad en haceros exenta de la culpa original, y en adornar y enriquecer vuestra alma de purezas y bienes celestiales, de que sumamente nos gozamos todos los miserables hijos de Adán, y os suplicamos humildes atendáis a vuestros ruegos, alcanzándonos de la Beatísima Trinidad lo que os representamos en esta Novena, y en especial un eficaz auxilio para que purificadas nuestras almas por la confesión y penitencia, continuando estos divinos ejercicios, merezcamos los eternos premios de la Gloria. Amén.


A continuación, rezamos las siguientes invocaciones: 

1. Ave María Santísima, Señora nuestra, llena de gracia, inmaculada Madre de Dios y siempre Virgen. Por esta infinita dignidad e incomparable prerrogativa vuestra, y por el singular privilegio de vuestra purísima Concepción, os suplico, que pues el Padre, como a Hija suya, os hizo poderosísima, que en vida y en muerte me libréis del poder del Demonio. Amén. Ave María 

2. Ave María Santísima, Señora nuestra, llena de gracia, inmaculada Madre de Dios y siempre Virgen. Por esta infinita dignidad e incomparable prerrogativa vuestra, y por el singular privilegio de vuestra purísima Concepción, os suplico, que pues el Hijo, como a Madre suya, os hizo sapientísima, que me alcanceis de su Divina Majestad una Fe constante y una esperanza firme, y que ni en vida ni en muerte me pueda pervertir alguna ignorancia o error. Amén. Ave María 

3.Ave María Santísima, Señora nuestra, llena de gracia, inmaculada Madre de Dios y siempre Virgen. Por esta infinita dignidad e incomparable prerrogativa vuestra, y por el singular privilegio de vuestra purísima Concepción, os suplico, que pues el Espíritu Santo, como a Esposa suya, os enriqueció de una caridad inmensa, me alcancéis que mi corazón perpetuamente se abrase en el fuego del amor divino. Amén. Ave María 

4. Ave María Santísima, Señora nuestra, llena de gracia, inmaculada Madre de Dios y siempre Virgen. Por esta infinita dignidad e incomparable prerrogativa vuestra, y por el singular privilegio de vuestra purísima Concepción, os suplico, que pues la Santísima Trinidad os hizo templo suyo, sustentado sobre las columnas de las más sólidas virtudes, que me alcanceis de su Divina Majestad que participando de vuestras virtudes, sea yo vivo templo suyo en tiempo y eternidad. Amén. Ave María

ORACION FINAL 

Antífona: Esta es la vara en la cual no hubo ni el nudo del pecado original, ni la corteza de la culpa actual.

℣. En tu Concecpión, oh Virgen, fuiste Inmaculada;
℟. Ruega por nosotros al Padre, cuyo Hijo diste a luz.

ORACIÓN
¡Oh, Dios!, que por la Inmaculada Concepción de la Virgen preparaste digna morada para tu Hijo; rogámoste que, así como preservaste a Ella de toda mancha por la muerte prevista de tu mismo Hijo, así también nos concedas que, mediante tu intercesión, lleguemos limpios de toda culpa a tu presencia. Por el mismo Jesucristo Nuestro Señor, que contigo vive y reina en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos. Amén.

℣.Ave María purísima
℟. Sin pecado concebida

En el nombre del Padre, y del Hijo ✠, y del Espíritu Santo. Amén.


Como buen devoto de María Santísima es muy conveniente que acabes este Ejercicio piadoso con un canto a la Santísima Virgen. Desde este blog te recomiendo los siguientes.


Este en lengua latina ( cantado por el coro Harpa Dei)



O bien este en lengua castellana 





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