III DOMINGO DE PASCUA
II clase, blanco
Gloria, Credo y
prefacio de Pascua
EXPLICACIÓN DE LA
LITURGIA DEL DÍA
Este poco
significa todo el espacio que recorre el presente siglo. Por esta razón el
mismo evangelista escribe en su Epístola: “Estamos ya en la última hora”. Y
Jesús añade: “Porque me voy al Padre”; lo cual ha de referirse a las primeras
palabras, en que dice: “Dentro de un poco, y ya no me veréis”, y no a las
últimas: “Porque después me volveréis a ver”. Al ir al Padre, debía en efecto,
ocultarse de sus miradas, y por sus palabras no significa que había de morir,
permaneciendo fuera de su presencia hasta que resucitara, sino que había
de ir al Padre, lo cual cumplió después de su resurrección, subiendo al cielo
después de conversado con ellos por espacio de cuarenta días.
Cuando dijo: “Aun
un poco y ya no me veréis más”, se dirigía a aquellos que entonces le
veían corporalmente presente, y les hablaba de esta forma porque había de ir al
Padre, y después de su ascensión ya no le verían en carne mortal, del modo que
lo contemplan cuando decía estas cosas. Pero cuando añadió: “Y de ahí a otro
poco no me veréis”, lo prometió a la Iglesia Universal, como también hizo a
toda la Iglesia esta otra promesa: “He ahí que yo estoy con vosotros hasta el
fin del mundo”. No tarda el Señor en cumplir lo prometido. Dentro de poco
tiempo lo veremos. Entonces ya nada le pediremos, nada le preguntaremos,
supuesto que ya nada desearemos ni quedará nada desconocido para aprender.
Este poco nos parece largo, por lo mismo que aún se
está realizando. Cuando esté terminado, entonces veremos lo muy corto de su
duración. Por lo mismo, no queremos gozar como lo hace el mundo, del cual está
escrito: “El mundo se gozará”. Con todo, procuremos que durante el parto del
deseo de la eternidad nuestra tristeza no este privada de gozo. Como dice el
Apóstol: “Gocémonos con la esperanza; permanezcamos pacientes en la
tribulación”. En efecto, la mujer que esta de parto, a la que somos comparados,
más se goza del hijo que espera, que está triste por el dolor presente. (Homilía de San Agustín, Obispo. Tratado 101 sobre san
Juan hasta el fin)
PROPIOS DE LA MISA DEL
DÍA (Latín)
INTROITO Salmo 65,1-2. 3
Jubiláte Deo, omnis terra, allelúja:
psalmum dícite nómini ejus, allelúja, allelúja, allelúja. V/. Dícite Deo, quam terribília sunt ópera
tua, Dómine! in multitúdine virtútis tuæ mentiéntur tibi inimíci tui. V/. Glória Patri et Filio et Spiritui Sancto. Sicut erat in principio et nunc et semper, et in
saecula saeculorum. Amén
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COLECTA
Deus, qui errántibus, ut in viam possint
redíre justítiæ, veritátis tuæ lumen osténdis: da cunctis qui christiána
professióne censéntur, et illa respúere, quæ huic inimíca sunt nómini; et ea
quæ sunt apta, sectári. Per Dominum Nostrum Jesum Christum, Filium Tuum, qui
Tecum vivit et regnat in unitate Spiritus Sancti, Deus, per omnia saecula
saeculorum. Amen.
EPÍSTOLA 1 Pedro 2,11-19
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ALELUYA PASCUAL. Salmo 110,9; Lucas 24,46
En Pascua, omitido el gradual, se dice:
Allelúja, allelúja. Redemptiónem misit
Dóminus pópulo suo. Allelúja. Opportébat pati Christum, et resúrgere a mórtuis: et ita intráre in
glóriam suam. Allelúja.
EVANGELIO Juan 16,16-22
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Se dice Credo
OFERTORIO Salmo 145,2
Lauda, ánima mea, Dóminum: laudábo
Dóminum in vita mea: psallam Deo meo quámdiu ero, allelúja.
SECRETA
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