domingo, 17 de mayo de 2020

PROPIOS DE LA SANTA MISA DEL V DOMINGO DE PASCUA



V DOMINGO DE PASCUA
II clase, blanco
Gloria, Credo y prefacio de Pascua

EXPLICACIÓN DE LA LITURGIA DEL DÍA


Pedid y recibiréis (1). Con estas palabras del evangelio de hoy quiere darnos a conocer Jesucristo que, pues tenemos necesidad de recibir sus gracias, debemos también pedírselas; y que, pues Dios está dispuesto a dárnoslas, nos ha suministrado el medio seguro para obtenerlas: la oración. Medio de uso muy fácil, ya que lo tenemos siempre a mano y en condiciones de servirnos de él cuando gustemos.
A fin de darnos a entender la facilidad con que puede obrarse el bien dice, por eso, san Agustín: " Si os veis impotentes para obrar, ya a causa de vuestra flaqueza, ya por lo violento de la tentación, ya por otro motivo cualquiera; acudid a la oración, que os comunicará infaliblemente el poder ejecutar lo que excede a vuestras fuerzas naturales ".
Cuando la práctica de la virtud se os haga, pues, cuesta arriba, tenéis que hacérosla fácil por la aplicación a la oración; y debéis acudir a ella sin tardanza, recordando estas palabras de Jesucristo: Pedid y recibiréis.
Lo que especialmente ha de moveros a orar, es la flaqueza a que el pecado os tiene reducidos; flaqueza que os haría incapaces de producir ningún bien sobrenatural. Y puesto que cada día somos más débiles, porque a diario caemos en nuevas culpas; cada día tenemos también necesidad mayor de ese auxilio.
" La oración, enseña san Juan Crisóstomo, es divino medicamento que arroja del corazón toda la malicia que en él encuentra, y lo llena de toda justicia. "
Por consiguiente, si aspiramos a vernos de todo en todo libres de pecado, nada mejor podemos hacer que darnos de lleno a la oración: por muchas que sean las culpas en que haya incurrido una persona que ame la oración,; a despecho de los mayores desórdenes, cuenta en ella con el recurso rápido y fácil para obtener la gracia de la penitencia y del perdón.
Pedid, pues, a Dios un corazón puro, que rehúya y deteste, no sólo los pecados más graves, sino todo cuanto pueda empañar vuestra conciencia y haceros menos gratos a Dios.
Estamos tan expuestos a las tentaciones que, al decir de Job, " nuestra vida es tentación constante " (2); de ahí que asegure san Pedro: El demonio nuestro enemigo, ronda de continuo en derredor nuestro, como león rugiente, buscando algún medio con que devorarnos (3).
Pues bien lo que nos pone en condiciones de resistirle es la oración.
Del demonio de la impureza, llega a decir Jesucristo, que " no es posible vencerlo sino por la oración y el ayuno " (4); y nombra la oración antes que el ayuno, para significarnos que, si bien es muy necesaria la mortificación para vencer al espíritu inmundo; es mucho más urgente aún armarse con la oración para triunfar en esa batalla.
Así, pues, cuando os veáis asaltados por el espíritu tentador, no ceséis de orar hasta que de todo punto le hayáis alejado de vosotros. (Sobre la necesidad de la Oración, San Juan Bautista de la Salle)

PROPIOS DE LA MISA DEL DÍA (Latín y Castellano)


INTROITO Isaías 48,20. Salmo 65, 1-2
Vocem jucunditátis annuntiáte, et audiátur allelúja: annuntiáte usque ad extrémum terræ: liberávit Dóminus pópulum suum, allelúja, allelúja. V/. Jubiláte Deo, omnis terra, psalmum dicite nómini ejus: date glóriam laudi ejus. V/. Glória Patri et Filio et Spiritui Sancto. Sicut erat in principio et nunc et semper, et in saecula saeculorum. Amén
Con voz de júbilo anunciadlo, y que se oiga, aleluya, que llegue hasta el fin de la tierra: el Señor ha redimido a su pueblo, aleluya, aleluya. Sal. V/. Aclama al Señor, tierra entera, tocad en honor de su nombre, cantad himnos a su gloria. V/.Gloria al Padre. V/.  Gloria al Padre, y al Hijo y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre,  por los siglos de los siglos. Amén.

COLECTA
Deus, a quo bona cuncta procédunt , largíre supplícibus tuis: ut cogitémus, te inspiránte, quæ recta sunt; et, te gubernánte, éadem faciámus. Per Dominum Jesum Christum, Filium Tuum, qui Tecum vivit et regnat in unitate Spiritus Sancti, Deus, per omnia saecula saeculorum. Amen.
Oh Dios, fuente de todo bien, escucha sin cesar nuestras súplicas: concédenos, inspirados por Ti, pensar lo que es recto y cumplirlo con tu ayuda. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que contigo vive y reina en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos. Amén.

EPÍSTOLA Santiago 1, 22-27
Léctio Epístolæ beáti Jacóbi Apóstoli.
Fratres: Estóte factóres verbi, et non auditóres tantum: falléntes vosmetipsos. Quia si quis audítor est verbi, et non factor: hic conparábitur viro consideránti vultum nativitátis suæ in spéculo: considerávit enim se, et ábiit, et statim oblítus est qualis fuérit. Qui autem perspéxerit in legem perféctam libertátis et permánserit in ea, non audítor obliviósus factus, sed factor óperis: hic beátus in facto suo erit. Si quis autem putat se religiósum esse, non refrǽnans linguam suam, sed sedúcens cor suum, hujus vana est relígio. Relígio munda et inmaculáta apud Deum et Patrem, hæc est: Visitáre pupíllos et víduas in tribulatióne eórum, et immaculátum se custodíre ab hoc sǽculo.
Lectura de la carta del Apóstol Santiago.
Queridos hermanos: Llevad a la práctica la Palabra. Y no os limitéis a escucharla. Engañándoos a vosotros mismos. Pues el que escucha la Palabra y no la pone en práctica, se parece a aquel que se miraba la cara en el espejo; y apenas se miraba, daba media vuelta, y se olvidaba de cómo era. Pero el que se concentra en el estudio de la Ley perfecta (la ­que hace libres) y es constante, no como oyente olvidadizo: sino para ponerla por obra, éste encontrará la felicidad en practicarla. Hay quien se cree hombre religioso y no frena su lengua: pero se engaña a sí mismo; su religión no es auténtica. La religión pura e intachable a los ojos de Dios Padre es ésta: visitar huérfanos y viudas en sus tribulaciones y no mancharse las manos con este mundo.

ALELUYA PASCUAL. Juan 16, 28
En Pascua, omitido el gradual, se dice:
Allelúja, allelúja. V/. Surréxit Christus, et illúxit nobis, quos redémit sánguine suo. V/. Exívi a Patre, et veni in mundum, íterum relínquo mundum, et vado ad Patrem Allelúja.
Aleluya, aleluya. V/. Cristo ha resucitado, Él nos ilumina, a nosotros, los redimidos con su sangre. Aleluya. V/. Salí del Padre y he venido al mundo, otra vez dejo el mundo y me voy al Padre. Aleluya.

EVANGELIO Juan 16, 23-30
Sequéntia sancti Evangélii secúndum Joánnem.
In illo témpore: Dixit Jesus discípulis suis: «Amen, amen, dico vobis: si quid petiéritis Patrem in nómine meo, dabit vobis. Usque modo non petístis quidquam in nómine meo. Pétite et accipiétis. ut gáudium vestrum sit plenum. Hæc in provérbiis locútus sum vobis. Venit hora cum jam non in provérbiis loquar vobis. sed palam de Patre adnuntiábo vobis. In illo die, in nómine meo petétis: et non dico vobis quia ego rogabo Patrem de vobis: ipse enim Pater amat vos, quia vos me amástis, et credidístis quia ego a Deo exívi. Exívi a Patre, et veni in mundum: íterum relínquo mundum, et vado ad Patrem.» Dicunt ei discípuli eius: «Ecce nunc palam loquéris et provérbium nullum dicis. Nunc scimus quia scis ómnia et non opus est tibi ut quis interroget: in hoc crédimus quia a Deo exísti.
Lectura del santo Evangelio según san Juan.
En aquel tiempo dijo Jesús a sus discípulos: Yo os aseguro: Si pedís algo al Padre, en mi nombre os lo dará. Hasta ahora no habéis pedido nada en mi nombre: Pedid y recibiréis, para que vuestra alegría sea completa. Os he hablado de esto en comparaciones: viene la hora en que ya no hablaré en comparaciones, sino que os hablaré del Padre clara­mente. Aquel día pediréis en mi nombre y no os digo que yo rogaré al Padre por voso­tros, pues el Padre mismo os quiere, porque vosotros me queréis y creéis que yo salí de Dios. Salí del Padre y he venido al mundo, otra vez dejo el mundo y me voy al Padre. Dicen sus discípulos: Ahora sí que hablas claro y no usas comparaciones. Ahora vemos que lo sabes todo y no necesitas que te pregunten; por ello creemos que saliste de Dios.

Se dice Credo

OFERTORIO  Salmo 65, 8-9. 20.
Benedícite, gentes, Dóminum Deum nostrum, et obaudíte vocem laudis ejus: qui pósuit ánimam meam ad vitam, et non dedit commovéri pedes meos: benedíctus Dóminus, qui non amóvit deprecatiónem meam, et misericórdiam suam a me. Allelúja.
Bendecid, pueblos, a nuestro Dios, haced resonar sus alabanzas: porque Él nos ha devuelto la vida, y no dejó que tropezaran nuestros pies. Bendito sea Dios, que no rechazó mi súplica, ni me retiró su favor, aleluya.

SECRETA
Súcipe, Dómine, fidélium preces cum oblatiónibus hostiárum: ut per hæc piæ devotiónis offícia, ad cæléstem glóriam transeámus. Per Dominum Jesum Christum, Filium Tuum, qui Tecum vivit et regnat in unitate Spiritus Sancti, Deus,
Con estas ofrendas, Señor, re­cibe las súplicas de tus hijos: para que esta liturgia, celebrada con amor, nos lleve a la gloria del cielo.  Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que contigo vive y reina en la unidad del Espíritu Santo y es Dios

PREFACIO PASCUAL
Vere dignum et justum est, aequum et salutare: Te quidem, Domine, omni tempore, sed in in hoc potissimum gloriosius praedicare, cum Pascha nostrum immolatus es Christus. Ipse enim verus es Agnus, qui abstulit peccata mundi. Qui mortem nostram moriendo destruxit, et vitam resurgendo reparavit. Et ideo cum Angelis et Archangelis, cum Thronis et Dominationibus, cumque omni militia caelestis exercitus, hymnum gloriae tuae canimus, sine fine dicentes:
Verdaderamente es digno y justo, debido y saludable, que en todo tiempo, Señor, te alabemos; pero principalmente con mayor magnificencia en éste tiempo, en que Jesucristo inmolado es, nuestra Pascua. Porque Él es el verdadero Cordero que quita los pecados del mundo. El cual muriendo, destruyó nuestra muer te, y resucitando, reparó nuestra vida. Por esto, con los Ángeles y Arcángeles, con los Tronos y Dominaciones, y con toda la milicia del ejército celestial, can tamos un himno a tu gloria, diciendo sin cesar:

COMUNIÓN Salmo 95, 2
Cantáte Dómino, allelúja: cantáte Dómino, et benedícite nomen ejus: bene nuntiáte de die in diem salutáre ejus, allelúja, allelúja.
Cantad al Señor, aleluya; cantadle, bendecid su nombre; proclamad día tras día su victoria,  aleluya, aleluya. 

POSCOMUNIÓN
Tríbue nobis, Dómine cæléstis mensæ virtúte satiátis: et desideráre quæ recta sunt, et desideráta percípere. Per Dominum Jesum Christum, Filium Tuum, qui Tecum vivit et regnat in unitate Spiritus Sancti, Deus, per omnia saecula saeculorum. Amen.
A quienes has saciado en tu mesa santa, concédenos, Señor, desear lo que es recto y conseguir lo que así hemos deseado. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que contigo vive y reina en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos. Amén.

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