lunes, 22 de marzo de 2021

EJERCICIO PIADOSO DEL MES DE MARZO, DEDICADO A NUESTRO PADRE Y SEÑOR SAN JOSÉ DÍA 22: EL ENCUENTRO CON JESÚS EN EL TEMPLO

 






*Nota: La segunda imagen y el texto están tomados del blog 

Como Ovejas sin Pastor (al cual podéis acceder fácilmente clicando aquí

 de mi buen amigo Juan Diego Ortega Santana)

 

EJERCICIO DEL MES DE MARZO 

 

en Honor del Glorioso Patriarca San José

 

+ En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

 

  MEDITACIÓN DIA 22:  Sin embargo, en el templo, después de tres días de cruentas penas, ve San José a Jesús, sano, salvo, honrado. ¡Que alegria!

¡Encuentra a Jesús enseñando como Maestro divino, y aquellos venerables maestros en Israel admirándolo!

María, en esa ocasión, da a San José el nombre de padre de Jesús y Jesús no protesta. ¡Qué honor y qué satisfacción!

 

FRUTO: En todas las dificultades, recurrimos a la oración.

 

          JACULATORIA: Cuando ya no sabemos a dónde dirigir nuestros ojos, siempre tendremos nuestra mirada en ti, nuestro Buen Padre, como único refugio y amparo.

 

REZAMOS 1 PADRE NUESTRO Y TRES VECES EL AVE JOSEFINO



ORACIÓN: Oh Dios, que por inefable providencia te dignaste

escoger a San José por esposo de tu Madre Santísima; 

concédenos, te lo pedimos,

que merezcamos tener por intercesor en el cielo,

aquel que veneramos en la tierra como protector.

Vosotros que vivís y reinais por todos 

los siglos de los siglos. Amén.

 

Como conclusión a este Ejercicio, y como buen devoto de San José,

es recomendable que acabes este piadoso ejercicio 

cantando el Himno Salve José 

 

Salve José amante y tierno Padre, 

salve guardián de nuestro Redentor, 

esposo fiel de su bendita Madre

 y salvador del mismo Salvador. 

 

Al buen Jesús, pudiste ver sin velo  

y sobre ti, sus miembros reclinó. 

Al hacedor de tierra, mar y cielo 

con cuanto amor, besaste y te besó.

 

Ninguno fue por Dios tan encumbrado

 cual tú José lo fuiste del Señor.

Tú de Jesús has sido el más amado 

Oh fiel guardián de nuestro Redentor.

 

Dichoso aquel, José que tú proteges  

y el que con fe te invoca en la aflicción. 

Oh fiel guardián, jamás, jamás nos dejes 

sin tu favor, amparo y protección

 

 

 

 

 




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