miércoles, 24 de marzo de 2021

EJERCICIO PIADOSO DEL MES DE MARZO, DEDICADO A NUESTRO PADRE Y SEÑOR SAN JOSÉ DÍA 24: EL TRABAJO DE SAN JOSÉ SOSTUVO A JESÚS Y A MARÍA

 



*Nota: La segunda imagen y el texto están tomados del blog 

Como Ovejas sin Pastor (al cual podéis acceder fácilmente clicando aquí

 de mi buen amigo Juan Diego Ortega Santana)

 

EJERCICIO DEL MES DE MARZO 

 

en Honor del Glorioso Patriarca San José

 

+ En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

 

  MEDITACIÓN DIA 24: Los grandes milagros que sabemos de San José, fueron: trabajar bien para sostener a su familia.

 

     San José trabajaba por Jesús y por María, y así nunca le parecía pesado el trabajo. Ah! Si hiciéramos todo por Jesús ...

 

     Trabajaba San José siempre contento con su humilde suerte; nunca ha querido cambiar de condición. Si Dios nos quiere pobres, ¿para que desear cambiar de condición?

 

FRUTO: Aprovechar el tiempo trabajando en cumplir nuestras obligaciones, por la conciencia.

 

          JACULATORIA: Dame, San José, enséñame a conocer el precio del tiempo y el valor de la gracia.

 

REZAMOS 1 PADRE NUESTRO Y TRES VECES EL AVE JOSEFINO

 


ORACIÓN: Oh Dios, que por inefable providencia te dignaste

escoger a San José por esposo de tu Madre Santísima; 

concédenos, te lo pedimos,

que merezcamos tener por intercesor en el cielo,

aquel que veneramos en la tierra como protector.

Vosotros que vivís y reinais por todos 

los siglos de los siglos. Amén.

 

Como conclusión a este Ejercicio, y como buen devoto de San José,

es recomendable que acabes este piadoso ejercicio 

cantando el Himno Salve José 

 

Salve José amante y tierno Padre, 

salve guardián de nuestro Redentor, 

esposo fiel de su bendita Madre

 y salvador del mismo Salvador. 

 

Al buen Jesús, pudiste ver sin velo  

y sobre ti, sus miembros reclinó. 

Al hacedor de tierra, mar y cielo 

con cuanto amor, besaste y te besó.

 

Ninguno fue por Dios tan encumbrado

 cual tú José lo fuiste del Señor.

Tú de Jesús has sido el más amado 

Oh fiel guardián de nuestro Redentor.

 

Dichoso aquel, José que tú proteges  

y el que con fe te invoca en la aflicción. 

Oh fiel guardián, jamás, jamás nos dejes 

sin tu favor, amparo y protección

 

 




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