domingo, 7 de marzo de 2021

EJERCICIO PIADOSO DEL MES DE MARZO, DEDICADO A NUESTRO PADRE Y SEÑOR SAN JOSÉ DÍA 7: SAN JOSÉ EN LA ENCARNACIÓN

 



*Nota: La segunda imagen y el texto están tomados del blog 

Como Ovejas sin Pastor (al cual podéis acceder fácilmente clicando aquí

de mi buen amigo Juan Diego Ortega Santana)

 

 

EJERCICIO DEL MES DE MARZO

 

en Honor del Glorioso Patriarca San José

 

+ En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

 

  MEDITACIÓN DIA 7: San José se quedó perplejo observando el estado de María; siendo justo y virtuoso, no acusa, pero, por humildad, imagina que debe separarse de María. El Ángel, en nombre de DIOS, le descubre el Misterio y su misión en la Tierra, acerca de ese Misterio, ¡qué alegría y qué honra! 

 El Ángel le da la incumbencia de imponer al DIOS Humanado, el nombre con que sería conocido: el Santísimo Nombre de JESÚS. ¡Qué alegría saber que va a cuidar del Salvador del Mundo!

   FRUTO: Guardar sospechas y juicios temerarios.

  INVOCACIÓN: Haced, San José, que Jesús sea, para mí, verdadero Salvador. Amén.


REZAMOS 1 PADRE NUESTRO Y TRES VECES EL AVE JOSEFINO

 


ORACIÓN: Oh Dios, que por inefable providencia te dignaste

 

escoger a San José por esposo de tu Madre Santísima; 

concédenos, te lo pedimos,

que merezcamos tener por intercesor en el cielo,

aquel que veneramos en la tierra como protector.

Vosotros que vivís y reinais por todos los siglos de los siglos. Amén.

 

Como conclusión a este Ejercicio, y como buen devoto de San José,

es recomendable que acabes este piadoso ejercicio cantando el Himno Salve José 

 

 

Salve José amante y tierno Padre, 

salve guardián de nuestro Redentor, 

esposo fiel de su bendita Madre

 y salvador del mismo Salvador. 

 

Al buen Jesús, pudiste ver sin velo  

y sobre ti, sus miembros reclinó. 

Al hacedor de tierra, mar y cielo 

con cuanto amor, besaste y te besó.

 

Ninguno fue por Dios tan encumbrado

 cual tú José lo fuiste del Señor.

Tú de Jesús has sido el más amado 

Oh fiel guardián de nuestro Redentor.

 

Dichoso aquel, José que tú proteges  

y el que con fe te invoca en la aflicción. 

Oh fiel guardián, jamás, jamás nos dejes 

sin tu favor, amparo y protección

 

 

 





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