martes, 30 de marzo de 2021

EJERCICIO PIADOSO DEL MES DE MARZO, DEDICADO A NUESTRO PADRE Y SEÑOR SAN JOSÉ DÍA 30: LA ASUNCIÓN DE SAN JOSÉ

 


*Nota: La segunda imagen y el texto están tomados del blog 

Como Ovejas sin Pastor (al cual podéis acceder fácilmente

clicando aquí

 de mi buen amigo Juan Diego Ortega Santana)

 

EJERCICIO DEL MES DE MARZO 

 

en Honor del Glorioso Patriarca San José

 

+ En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

 

  MEDITACIÓN DIA 30: La Asunción de San José no es una verdad de fe proclamada por la Iglesia, pero la misma es sentida por sus devotos que creen piadosamente que para que Nuestra Señora fuera glorificada en todo, el día de su Asunción al Cielo, era necesario que su otra en parte, la carne de su carne, esto es San José, su Esposo Castísimo, que se unió profundamente a ella, por el sacramento del Matrimonio se glorificó. No podía su cuerpo Inmaculado estar en el cielo y su otra parte en la tierra.

 

      San José era todo unido a Nuestra Señora y Nuestra Señora era toda unida a San José, como ambos estaban unidos a Jesús. Los dos se convirtieron en una sola cosa, una sola carne, inseparables. Todo lo que pertenecía a la Santísima Virgen debía estar glorificado en el cielo, porque todo lo que era de ella se elevó por completo y definitivamente, incluso San José.

 

      Esta es la gran gloria y poder que la Santísima Trinidad dio a San José en el cielo, coronado por los méritos de su amor, virtudes, humildad y obediencia a la voluntad de Dios.

 

      Así como su Esposa Santísima, ocurre también con él. Porque la gloria de la Esposa es también la gloria del Esposo. Todo esto fue decretado por Dios, para la plena realización del misterio salvífico de Cristo en el mundo.

 

 

  INVOCACIÓN: Oh San José, ayúdame a hacer más conocidas vuestras glorias y vuestro inmenso amor. Que toda la humanidad reconozca cuanto sois grandioso en el cielo, como también, el poder de vuestra intercesión. Amén

 

REZAMOS 1 PADRE NUESTRO Y TRES VECES EL AVE JOSEFINO

 


ORACIÓN: Oh Dios, que por inefable providencia te dignaste

escoger a San José por esposo de tu Madre Santísima; 

concédenos, te lo pedimos,

que merezcamos tener por intercesor en el cielo,

aquel que veneramos en la tierra como protector.

Vosotros que vivís y reinais por todos 

los siglos de los siglos. Amén.

 

Como conclusión a este Ejercicio, y como buen devoto de San José,

es recomendable que acabes este piadoso ejercicio 

cantando el Himno Salve José 

 

Salve José amante y tierno Padre, 

salve guardián de nuestro Redentor, 

esposo fiel de su bendita Madre

 y salvador del mismo Salvador. 

 

Al buen Jesús, pudiste ver sin velo  

y sobre ti, sus miembros reclinó. 

Al hacedor de tierra, mar y cielo 

con cuanto amor, besaste y te besó.

 

Ninguno fue por Dios tan encumbrado

 cual tú José lo fuiste del Señor.

Tú de Jesús has sido el más amado 

Oh fiel guardián de nuestro Redentor.

 

Dichoso aquel, José que tú proteges  

y el que con fe te invoca en la aflicción. 

Oh fiel guardián, jamás, jamás nos dejes 

sin tu favor, amparo y protección

 



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