jueves, 1 de diciembre de 2022

MEDITACIÓN PARA EL JUEVES DE LA PRIMERA SEMANA DE ADVIENTO: La viña del Señor de los Ejércitos es la casa de Israel, y los hombres de la casa de Judá son su plantel querido. (Isaías 5,7)

 


Voy a cantar a mi amigo la canción de su amor para con su viña. Mi amado tenía una viña sobre una ladera fértil. Cercóla de un seto y la limpió de piedras, plantándola con cepas escogidas. En medio de ella levantó una torre y construyó un lagar. Esperó a que diera uvas, pero las dió silvestres. Ahora pues, habitantes de Jerusalén, y vosotros gente de Judá, yo os ruego que seáis jueces entre mí y mi viña. ¿Qué se podía hacer a mi viña que yo no hiciese? ¿Y por qué me ha dado gracias, cuando esperaba uvas buenas? Pues bien, ahora voy a deciros lo que pienso hacer con mi viña: le quitaré su valla y será talada; derribaré su cerca y será pisada. ¡Sí, la destruiré y la desolaré! No volverá a ser podada ni cavada, nacerán en ella las espinas y los abrojos; prohibiré a las nubes que la rocíen con sus aguas. La viña del Señor de los Ejércitos es la casa de Israel, y los hombres de la casa de Judá son su plantel querido. ¡Creyó encontrar un pueblo inocente y heló aquí cubierto de sangre!, ¡esperó justicia y no oye sino clamores revoltosos! (Isaías V, 1-7.)


Esperamos el nacimiento de un Niño que ha de aparecer siete siglos después de Isaías; este niño será el salvador del mundo. Ahora bien, los hombres le perseguirán, le colmarán de injurias y calumnias; la víspera del día de su Crucifixión, les propondrá la Parábola siguiente: Era un hombre, padre de familia, que plantó una viña, la rodeó de una cerca, la construyó un lagar, edificó una torre y la dió en arriendo a sus obreros: después marchó a un país extranjero. Pues bien, cuando llegó el tiempo de la vendimia enviado a sus criados a la viña para recoger el fruto. Pero los obreros se apoderaron de los criados, hirieron a uno, mataron a otro ya otro le apedrearon. De nuevo envió el Señor otros criados, en mayor número que la vez primera; pero hicieron lo mismo con ellos. 

Finalmente les envió a su propio hijo, diciendo: respetarán al menos a mi hijo. Cristianos, he ahí ese Hijo que viene a nosotros. ¿Le respetaréis? ¿Le trataréis como Hijo de Dios, a quien se debe amor y respeto? Considerad ¡qué progreso en la malicia de los hombres! En tiempo de Isaías, los Judíos despreciaron a los Profetas; mas los Profetas eran simples hombres, enviados antes de la venida del Señor según la carne. Vino el mismo Hijo de Dios y no le reconocieron; fue un crimen mucho mayor que apedrear a los profetas.

¿Cuál sería, pues, el crimen de los cristianos que saben Quién es el que viene; más aún, que son sus miembros por el Bautismo, ¿cuál sería su pecado al no abrirle las puertas de su corazón cuando viene enviado por su Padre? ¿Qué castigo merecería la viña ingrata con tanto amor plantada, si persistiese en no dar sino agraces? ¡Oh Salvador!, date prisa en fertilizarnos: coronarnos de flores y de frutos para el día cercano de tu venida. he ahí ese Hijo que viene a nosotros. 





No hay comentarios:

Publicar un comentario

Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.