lunes, 12 de diciembre de 2022

MEDITACIÓN PARA EL LUNES DE LA TERCERA SEMANA DE ADVIENTO: " Será destruida vuestra alianza con la muerte; tu pacto con el infierno será anulado" (Isaías 28,18)

 



"Esto dice el Señor Dios: He puesto por cimiento de Sión una piedra, una piedra labrada, angular, preciosa, sólidamente asentada; quien en ella descansare, no vacilara. He aquí que tomo el derecho por cordel y por nivel la justicia. El pedrisco se llevará la esperanza de la mentira; las aguas azotaran su refugio. Será destruida vuestra alianza con la muerte; tu pacto con el infierno será anulado." (Isaías, XXVIII, 16-18.)


¡Ay Padre Celestial! te dispones a colocar en los cimientos de Sión una Piedra sólida y angular; esa Piedra que daría su consistencia a Sión, que es la Iglesia, esa Piedra es tu Hijo encarnado. Ya había sido figurada, según el comentario de tu Apóstol, por aquella roca del desierto que encerraba en su seno las aguas saludables y abundantes que apagaban la sed de tu pueblo. He aquí que en seguida nos la vas a dar en realidad; ya ha bajado del cielo; se acerca la hora en que va a ser colocado en el cimiento. ¡Oh Piedra de unión y solidez! ¡Gracias a ti, no habrá en adelante ni Judío, ni Gentil, sino una sola familia; gracias a ti no construirán más los hombres sobre la arena esos caducos edificios que las lluvias y los vientos se llevaron a su primer empuje! 

Sobre esa Piedra se elevará la Iglesia y su cúspide podrá tocar el cielo, sin que por ello sufra su base; ya pesar de lo débil y tornado que es el hombre en sus pensamientos, participará de tu inmutabilidad, con tal que se apoye en Ti; ¡oh piedra divina! ¡Ay de quien te desprecie! porque Tú has dicho, ¡oh eterna Verdad!: “Quién sobre esta Piedra cayere, será deshecho; y aquel sobre el cual ella cayere será aplastado”. ¡Líbranos de esta doble desgracia, ¡Oh sagrada Piedra! Tu, que estás destinado a ocupar el lugar más importante del ángulo y que, a pesar de eso, ha sido rechazada por ciegos arquitectos. No permitas que tengamos la desdicha de ser del número de los que no te han sabido apreciar. 

Haz que te honremos siempre como a principio de nuestra fortaleza, y causa única de nuestra solidez; y puesto que ha comunicado esta virtud de Piedra inconmovible a uno de tus Apóstoles, y por medio de él a sus sucesores hasta la consumación de los siglos, concédenos la gracia de mantenernos siempre firmes sobre la roca de la Santa Iglesia Romana, con la cual todas las Iglesias de la tierra se preparan a celebrar tu divina aparición; ¡oh Piedra preciosa, Piedra tallada! que vienes a destruir el imperio de la mentira ya quebrantar el pacto que el género humano había hecho con la Muerte y el Infierno.

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