domingo, 18 de diciembre de 2022

PROPIOS DE LA SANTA MISA DEL CUARTO DOMINGO DE ADVIENTO

 



IV DOMINGO DE ADVIENTO

I clase, morado

Se omite el Gloria. Credo. 

Prefacio de la Santísima Trinidad.

Estación en la Iglesia de los Doce Apóstoles


EXPLICACIÓN DE LA LITURGIA DEL DÍA 


EN LAS TRES PRIMERAS semanas de Adviento, diríase que la Iglesia nos ha dicho a sus hijos todo lo que tenía que decirnos sobre el Mesías esperado y sobre nuestras disposiciones para recibirlo. Por eso, en esta Misa hace una especie de recapitulación de todas las precedentes, sin agregar nada nuevo, y saca a escena a los tres personajes que han figurado en la Liturgia de esta temporada: a Isaías, que manda a los cielos nos envíen al Justo en suave rocío de bendición; a Juan Bautista, que nos exhorta a terminar de preparar el camino del Señor; y a María, llena Ella de gracia y llenas sus entrañas con la carga santísima de Jesús. Y puesto que nuestra Madre la Iglesia da hoy por casi terminada su misión de prepararnos para Navidad, ¡examínate, cristiano, si tú estás ya preparado para salir al encuentro del Salvador! HAN LLEGADO los tiempos en que van a cumplirse las profecías. Estamos en el año quince del reino de Tiberio; Poncio Pilato gobierna Judea; Herodes, Galilea; Anás y Caifás son los sumos pontífices... Los grandes acontecimientos de la economía de la salvación tienen en la historia una fecha determinada, pero son de un alcance universal. En las riberas del Jordán proclama san Juan Bautista, después de Isaías: «Preparad el camino al Señor... Todo hombre verá la salvación de Dios.»


A continuación os ofrecemos los propios de la Santa Misa 



INTROITO Isaías 45, 8. Salmo 18, 2.
RORÁTE CÆLI desuper, et nubes pluant justum: aperiátur terra, et gérminet Salvatórem. V/. Cæli enárrant glóriam Dei: et ópera mánuum ejus annúntiat firmaméntum. V/. Glória Patri et Filio et Spiritui Sancto. Sicut erat in principio et nunc et semper, et in saecula saeculorum. Amén.


COLECTA
EXCITA, quǽsumus, Dómine, poténtiam tuam. et veni: et magna nobis virtúte succúre; ut per auxilliam grátiæ tuæ, quod mostra peccáta præpédiunt, indulgéntia tuæ propitiatiónis accéleret: Qui vivis et regnas cum Deo Patre in unitate Spritus Sancti Deus, per omnia saecula saeculorum. Amén.


EPÍSTOLA 1 Corintios 4,1-5
Lección de la carta del Apóstol San Pablo a los Corintios
Hermanos: Que la gente solo vea en nosotros servidores de Cristo y administradores de los misterios de Dios. Ahora, lo que se busca en los administradores es que sean fieles. Para mí lo de menos es que me pidáis cuentas vosotros o un tribunal humano; ni siquiera yo me pido cuentas. La conciencia, es verdad, no me remuerde; pero tampoco por eso quedo absuelto: mi juez es el Señor. Así, pues, no juzguéis antes de tiempo, dejad que venga el Señor. Él iluminará lo que esconden las tinieblas y pondrá al descubierto los designios del corazón; entonces cada uno recibirá de Dios lo que merece.


GRADUAL Salmo 144, 18.21
PROPE EST Dóminus ómnibus invocántibus eum in veritáte. V/. Laudem Dómini loquétur os meum: et benedícat omnis caro nomen sanctum ejus.


ALELUYA ALLELÚIA, ALLELÚIA. V/. Veni Dómine, et noli tardáre: reláxa facínora plebis tuæ Israël. Allelúia


EVANGELIO Lucas 3, 1-6
Continuación del Santo Evangelio según San Lucas
En el año decimoquinto del imperio del emperador Tiberio, siendo Poncio Pilato gobernador de Judea, y Herodes tetrarca de Galilea, y su hermano Filipo tetrarca de Iturea y Traconítide, y Lisanio tetrarca de Abilene, bajo el sumo sacerdocio de Anás y Caifás, vino la palabra de Dios sobre Juan, hijo de Zacarías, en el desierto. Y recorrió toda la comarca del Jordán, predicando un bautismo de conversión para perdón de los pecados, como está escrito en el libro de los oráculos del profeta Isaías: «Voz del que grita en el desierto: Preparad el camino del Señor, allanad sus senderos; los valles serán rellenados, los montes y colinas serán rebajados; lo torcido será enderezado, lo escabroso será camino llano. Y toda carne verá la salvación de Dios».


Se dice Credo


OFERTORIO Lucas 1, 28-42
AVE MARÍA, grátia plena: Dóminus tecum: benedicta tu in muliéribus, et benedíctus fructus ventris tui.


SECRETA
SACRIFÍCIIS præséntibus, quǽsumus, Dómine, placátus intende: ut et devotióni profíciant, et salúti. Per Dominum Nostrum Jesum Christum, Filium Tuum, qui Tecum vivit et regnat in unitate Spiritus Sancti, Deus,


PREFACIO DE LA SANTISIMA TRINIDAD

V. Dóminus vobíscum.

R. Et cum spíritu tuo.

V. Sursum corda.

R. Habémus ad Dóminum.

V. Grátias agámus Dómino, Deo nostro.

R. Dignum et iustum est.

Vere dignum et iustum est, æquum et salutáre, nos tibi semper et ubíque grátias ágere: Dómine, sancte Pater, omnípotens ætérne Deus: Qui cum unigénito Fílio tuo, et Spíritu Sancto, unus es Deus, unus es Dóminus: non in uníus singularitáte persónæ, sed in uníus Trinitáte substántiæ. Quod enim de tua gloria, revelánte te, crédimus, hoc de Fílio tuo, hoc de Spíritu Sancto, sine differéntia discretiónis sentimus. Ut in confessióne veræ sempiternáeque Deitátis, et in persónis propríetas, et in esséntia únitas, et in majestáte adorétur æquálitas. Quam laudant Angeli atque Archángeli, Chérubim quoque ac Séraphim: qui non cessant clamáre quotídie, una voce dicéntes:



COMUNIÓN Isaías 7, 14

ECCE VIRGO concípiet, et páriet filium: et vocábitur nomen ejus Emmánuel.


POSCOMUNIÓN
SUMPTIS munéribus, quǽsumus, Dómine: ut cum frequentatióne mystérii, crescat nostræ salútis efféctus. Per Dominum Nostrum Jesum Christum, Filium Tuum, qui Tecum vivit et regnat in unitate Spiritus Sancti, Deus, per omnia saecula saeculorum. Amen.




Comentario al Evangelio: CRISTO TIENE POR ESPOSA A LA IGLESIA,

YO SOY SIMPLEMENTE EL AMIGO DEL ESPOSO

Escrito de San Jerónimo de Estridón

IV Domingo de Adviento


Detrás de mí viene el que es más fuerte que yo, y no soy digno de desatarle, inclinándome, la correa de sus sandalias. Aquí aparece claramente un signo de humildad; es como decir: no soy digno siquiera de ser su siervo. Pero en estas sencillas palabras se nos revela otro misterio. Leemos en el Éxodo, en el Deuteronomio y en el libro de Ruth que cuando alguien se negaba a tomar por mujer a la viuda de su hermano, quien le seguía en orden de parentesco, ante los jueces y los ancianos le decía: a ti te corresponde el matrimonio, tú eres quien debe tomarla por mujer. Si se negaba, la misma a quien no quería tomar por esposa le quitaba su sandalia, le golpeaba en la cara y le escupía. De este modo podía ya casarse con el otro. Esto se hacía para pública deshonra—interpretando de momento el texto al pie de la letra—a fin de que si alguien fuera a rechazar a una mujer especialmente por ser pobre, el miedo a esta pública deshonra le hiciera desistir. Por tanto, aquí se nos revela el sacerdocio. Juan mismo dice: «el que tiene a la esposa es el esposo». Él tiene por esposa a la Iglesia, yo soy simplemente el amigo del esposo: no puedo, siguiendo la ley, desatar la correa de su sandalia, porque él no ha rechazado a la Iglesia por esposa. Yo os bautizo con agua, yo soy un servidor, él es el Creador y el Señor. Yo os ofrezco agua. Yo, que soy criatura, ofrezco una criatura; él, que es increado, da al increado. Yo os bautizo con agua, ofrezco lo que se ve; él lo que no se ve. Yo, que soy visible, doy agua visible; él, que es invisible, da el Espíritu invisible.



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